26 septiembre, 2006

Las Pifias de la Propaganda

Algo que distingue a la obras literarias de la extrema derecha es el hecho de que si son analizadas y estudiadas a fondo con toda seriedad eventualmente empiezan a brotar los yerros y las tergiversaciones con las que ellas mismas se ponen en serios predicamentos. Las pifias en las que incurren sus propagandistas terminan siendo equiparables a las generalizaciones irracionales que hacen los terroristas musulmanes sobre el mundo que les rodea, y la aceptación de sus argumentos termina convirtiéndose más en un acto de fé que en un acto de estricto razonamiento lógico.

Tomemos un ejemplo al azar. Vayámonos a las razones por la cuales México entró a la Segunda Guerra Mundial luchando en contra de la Alemania Nazi. Un hecho aceptado incuestionablemente por todos es que estas razones fueron el hundimiento de los buques petroleros mexicanos Potrero del Llano y Faja de Oro. La diferencia entre la interpretación histórica convencional y la explicación dada por la extrema derecha a este hecho radica en que los intelectuales revisionistas de la extrema derecha argumentan que los buques petroleros mexicanos no fueron hundidos por submarinos alemanes, sino que fueron realmente hundidos por la Marina estadounidense como una medida de presión para que México dejara de apoyar a Alemania a la cual le estaba vendiendo petróleo, versión con la cual la Alemania Nazi es presentada nuevamente como víctima. Según la versión ultraderechista de los hechos, alguien hundió estos buques petroleros, presumiblemente la Marina norteamericana actuando en una misión ultra-secreta, y el gobierno presidido por Manuel Avila Camacho sin tener pruebas en la mano simplemente le declaró la guerra a la Alemania Nazi el 22 de mayo de 1942 provocado por "cripto-judíos conspiradores que lo convencieron de que la 'malvada' Alemania Hitleriana fue la que estuvo detrás de los hundimientos". El tema resurge una y otra vez en boca de conocidos editorialistas con enunciados tales como "el hundimiento misterioso del barco petrolero Potrero del llano a manos de un supuesto submarino alemán". Sin embargo, esto es una más de las miles de aberraciones y tergiversaciones históricas a las que es tan dada en incurrir la extrema derecha mexicana que por la fuerza de la repetición termina por sembrar la duda en muchos que carecen de la preparación académica para enviar de inmediato estas aserciones al basurero. En primer lugar, meses antes del hundimiento de los dos buques petroleros mexicanos, México ya había roto relaciones diplomáticas con las potencias del Eje: Italia, Alemania y Japón, con motivo del ataque japonés a Pearl Harbor; y ante la posibilidad de una agresión, se había reforzado la vigilancia en las costas del Pacífico. En segundo lugar, los mismos historiadores alemanes admiten la culpabilidad de la Marina alemana en el hundimiento de los dos buques petroleros mexicanos.

La historia del hundimiento del Potrero del Llano, según los mismos historiadores alemanes basados en las bitácoras de los submarinos, es ésta: el Potrero del Llano fue atacado el 13 de mayo de 1942 a la medianoche (a las 23:55 horas) por el submarino U-564 tipo VII C comandado por el Kapitänleutnant (equivalente a Teniente de Navío) Reinhard Suhren (1916-1984):





terminando de hundirse el 14 de mayo de 1942, en las coordenadas geográficas 80°06' W y 25°35' N, llevando 35 marinos a bordo, de los cuales fallecieron 14. Y la historia del hundimiento del Faja de Oro es esta: el Faja de Oro fue hundido una semana después, cuando regresaba vacío a Tampico después de haber descargado 56,000 barriles de petrólo crudo en Marcus Hook, Delaware, habiendo sido torpedeado y cañoneado hasta ser enviado a pique en el Estrecho de la Florida, cerca de Key West, a 84º24' W y 23º30' N, terminando por hundirse el 21 de mayo de 1942 a causa del ataque propinado por el U-Boat (Underwater Boat) alemán U-106 tipo IX al mando del Kapitänleutnant Hermann Rasch (1914-1974):





Hay otra razón, quizá la más elemental de todas, por la cual la Marina estadounidense jamás habría incurrido en algo tan estúpido como hundir dos buques petroleros mexicanos en plena Guerra Mundial con la esperanza vaga de que la culpa recayera sobre el enemigo: en caso de haber incurrido los norteamericanos en tal insensatez y en caso de haber sido descubierta la maniobra, las consecuencias para los norteamericanos hubieran sido terribles. Estados Unidos ya estaba empezando a recibir petróleo de México, y había implementado un programa bracero (en aquél entonces, la mano de obra mexicana era bienvenida en los Estados Unidos) para suplir con 300 mil mexicanos la falta de mano de obra en el campo y en las industrias de aquellos que se habían ido a combatir a los países del Eje). Una fallida intentona maquiavélica de este calibre le habría podido terminar costando a Estados Unidos un enfrentamiento militar sangriento con México en los precisos momentos en que todos sus recursos militares estaban siendo enviados al exterior, y a la larga le habría significado a los países aliados una severa derrota militar facilitándole un posible triunfo a Adolfo Hitler en Europa como el preludio a la conquista del planeta (lo cual dicho sea de paso le hubiera dado mucho gusto a los dueños de la naciente Universidad Autónoma de Guadalajara).

Así pues, tenemos dos opciones para aceptar la realidad de los hechos: O le podemos creer a los mismos historiadores alemanes, documentados con las fuentes originales, o le podemos creer a las fantasías inventadas por tipos tan destrampados y mentirosos como Salvador Borrego que reinterpretan toda la historia a la luz de una "gran conspiración judía-comunista". En algunos casos, las mentiras son tan burdas, que prácticamente rayan en la imbecilidad. Sin embargo, más imbéciles son quienes están dispuestos a entregar su vida en pro de una causa que dá dichas mentiras como ciertas. Pero... ¿acaso no fue ésta la culpa de muchos alemanes del siglo pasado, que aceptaron como ciertas las falsedades de la propaganda Nazi inventada por Joseph Goebbels y sus colaboradores así como las luminosas promesas de una utopía maravillosa con Hitler a la cabeza?

Y por cierto, Manuel Ávila Camacho (1897-1955), quien fuera Presidente cuando México le declaró la guerra a la Alemania Nazi en respuesta al hundimiento de los buques petroleros mexicanos, ni era judío, ni era pro-comunista (inclusive introdujo una serie de reformas a las leyes electorales que volvieron prácticamente imposible para los comunistas el poder ser postulados como candidatos). De Manuel Ávila Camacho se documenta su afiliación a la Masonería en el Cuarto Tomo del DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE LA MASONERÍA (5 tomos) de Lorenzo Frau Abrines, publicado por Editorial del Valle de México en 1977, mientras que por su parte el conocido Gran Maestro masón Alfonso Sierra Partida comenta en su libro "La Masonería frente al Mundo Contemporáneo" que Ávila Camacho "fue masón a pesar de ser también devoto católico". Inclusive el endurecido propagandista Salvador Borrego en la página 544 de su libro América Peligra califica a Ávila Camacho como un liberal moderado. Su ascenso al poder no habría sido posible jamás si hubiese sido cierta la afirmación fantasiosa de algunos ideólogos ultraderechistas de que el Partido Nacional Revolucionario (predecesor del PRI) fundado el 4 de marzo de 1929 por el Presidente Plutarco Elías Calles era un partido político controlado por "cripto-judíos" masones pro-comunistas. Esto nos lleva a otro mito muy propalado entre la sociedad neo-Nazi "Tecos" de la Universidad Autónoma de Guadalajara y los Cristeros y los Sinarquistas de antaño. La fantasía reza así:

Un artículo no escrito de la Constitución Mexicana es el requisito de que para poder ser Presidente de México es necesario pertenecer a la Masonería.

Esta aserción frecuentemente es llevada al extremo de la siguiente forma:

Todos los presidentes mexicanos han sido masones.

Pero como ya se dijo, aunque Manuel Ávila Camacho era un devoto católico, ello no fue impedimento alguno para que ocupase la Presidencia de México precisamente cuando la lucha mundial en contra de la locura Hitleriana estaba empezando por llevarse a cabo. Aunque sí hubo Presidentes emanados del PRI (antes PNR) que tenían membresía dentro de esa añeja fraternidad liberal, tales como Emilio Portes Gil, hay otros que no lo han sido. Ciertamente, el pro-Yunquista guanajuatense Vicente Fox nunca lo ha sido, como tampoco lo es Felipe Calderón. Plutarco Elías Calles, el autor de la Ley Calles que desató la ruinosa Guerra Cristera, sí era masón, lo cual fue capitalizado de inmediato por la naciente ultraderecha mexicana para proclamar: ¡He aquí la prueba de una gran conspiración de la masonería para destruír a la Iglesia Católica! Sin embargo, la negociación para dar por terminada la Guerra Cristera en México estuvo a cargo precisamente del Presidente masón Emilio Portes Gil (Gran Capitán del Supremo Consejo del Grado 33 de la Logia "Valle de México"). También lo fueron Venustiano Carranza, Alvaro Obregón, Abelardo Rodríguez, Adolfo de la Huerta, Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, y el General Lázaro Cárdenas cuyo retrato como Gran Maestro de la Gran Logia Valle de México podemos ver detrás del "Gran Maestro de los Masones de la Muy Respetable y Gran Logia Valle de México" Pedro Márquez Celaya:





Inclusive Mario Moreno "Cantinflas" perteneció a la masonería, al igual que el famoso músico Wolfgang Amadeus Mozart, aunque por alguna razón sólo los masones que están metidos en la política parecen llamar la atención. Hasta el mismo Francisco I. Madero fue masón, como también lo fue Porfirio Díaz, aunque esto no fue suficiente para que fuera de la fraternal camaradería supuestamente inculcada a ambos en sus respectivas logias los dos hubieran sido capaces de ponerse en común acuerdo sobre lo que hubiera sido mejor para bien del país (lo cual se puede tomar como una evidencia más de que, fuera de los templos masónicos, las logias no son responsables por los pleitos que tengan entre sí sus chiquillos). En cambio, no fueron masones ni Gustavo Díaz Ordaz, ni Luis Echeverría Alvarez, ni José López Portillo, ni Miguel de la Madrid Hurtado. Sobre Carlos Salinas de Gortari, el conocido masón Ramón Sifri Jiménez de la Gran Logia Valle de México, en una entrevista publicada por Excélsior el 30 de diciembre de 1996, dice lo siguiente: "Carlos Salinas se inció en la masonería aunque no siguió su carrera masónica". Esto lo admite el mismo Salinas de Gortari en un artículo publicado en el número 1250 de la revista PROCESO publicada el 15 de octubre de 2000 con motivo de su libro "México: Un Paso difícil a la Modernidad", en donde cuenta que su ingreso a la masonería fue un paso "casi natural. Mi abuelo materno había sido masón en grado 33. Ingresé a una Gran Logia, invitado por un amigo de la infancia, que años después sería líder del PRI en el DF. Respeté sus convicciones... pero, desde mi punto de vista, los masones vivían más del rito privado, que en una época fue clandestino, y esto era incompatible con el interés de tomar parte en las luchas abiertas y públicas de los grupos populares. Muy pronto solicité mi plancha de quite". En cuanto a Ernesto Zedillo Ponce de León, los investigadores Paul Rich y Guillermo de los Reyes (profesores de la Universidad de las Américas, Puebla, y de la Hoover Institution, de Stanford, Estados Unidos, respectivamente) afirman lo siguiente en su artículo "Masonería y Opus Dei: Clericalismo y Anticlericalismo Secretos" publicado en la página 16 del número 58 de la revista mensual Este País correspondiente al mes de enero de 1996: "Al responder a nuestras preguntas, en una visita a la Gran Logia Valle de México, en la ciudad de México en la primavera de 1994, se nos aseguró que el entonces candidato y actual presidente Zedillo era masón y de hecho se unió al cuerpo más reconocido en la ciudad de México, después de pertenecer a otra logia de menor relieve". Sin embargo, durante el sexenio zedillista, en los actos conmemorativos organizados en Palacio Nacional relacionados con Benito Juárez, la figura emblemática de la masonería, no hubo un solo orador masón, cuando por tradición anteriormente eran los masones quienes presidían este tipo de eventos. Lo que es más, apenas unas horas después de que Zedillo reconoció el triunfo de Vicente Fox en las elecciones presidenciales del 2 de julio, el grueso de la masonería mexicana alzó su voz para reclamar su expulsión del PRI. Fuera de estas dos excepciones recientes (Carlos Salinas y Ernesto Zedillo), son ya pocos los Presidentes mexicanos de la era moderna reciente que han militado dentro de la masonería, por lo que la pertenencia o no pertenencia a una logia masónica es en la actualidad un asunto completamente irrelevante en lo que toca a las cualidades o requisitos que haya que cumplir para ser Presidente de México. (Sin embargo, a como van las cosas, no es remota la posibilidad de que para poder ser Presidente de México sea requisito indispensable el haber tomado con la secrecía acostumbrada un juramento de lealtad dentro de la Organización Nacional del Yunque o alguna de sus organizaciones satélites.)

Como éste no es un foro ni para la condena ni para la defensa o la justificación de las actividades de la masonería o los hechos positivos o negativos en que hayan incurrido sus pupilos, dejaremos que se defiendan ellos solos de sus acusadores en este enlace:

http://www.elmason.blogspot.com/

La fantasía de los literatos de la extrema derecha mexicana sobre las "verdaderas" razones por las cuales México entró a la Segunda Guerra Mundial nos lleva naturalmente a lo mismo pero aplicado a mayor escala hacia los Estados Unidos de Norteamérica, a lo que muchos revisionistas norteamericanos llaman la madre de todas las conspiraciones (estamos citando aquí el libro sensacionalista de Mark Willey titulado Pearl Harbor: Mother of All Conspiracies que incluye una gran profusión de argumentos), la teoría de que el Presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt provocó el ataque japonés a Pearl Harbor, que sabía de antemano que el ataque iba a ocurrir, y que no hizo absolutamente nada para detenerlo, a sabiendas de que dicho ataque provocaría la entrada de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. La extrema derecha mexicana sazona la teoría argumentando -sin presentar pruebas- que Franklin D. Roosevelt era un cripto-judío que estaba tratando de "salvar al centro de la gran conspiración judía para apoderarse del mundo, la Rusia comunista". La literatura más reciente sobre la presunta intención del Presidente Roosevelt para provocar deliberadamente una guerra con la Alemania Nazi es el libro Day Of Deceit: The Truth About FDR and Pearl Harbor de Robert B. Stinnett, publicado en 1999. La publicación de este libro fue precedida por otro elaborado por el Profesor Gordon W. Prange, At Dawn We Slept: The Untold Story of Pearl Harbor, publicado en 1981 por McGraw-Hill, el cual le consumió treinta años de su vida (el Profesor Prange murió un año antes de poder ver publicada su obra).

El problema central de la tesis de una planificación deliberada para involucrar a la Alemania Nazi en una guerra con los Estados Unidos radica en que había demasiadas cosas que tenían que salir no sólo bien, sino perfectamente bien para que un plan de esta naturaleza pudiera tener éxito. El éxito del plan necesitaba necesariamente en estricto orden cronológico que:

(1) Los altos estrategas militares del Imperio japonés, "provocados" por las acciones del gobierno norteamericano tales como la congelación de los bienes e inversiones de Japón en los Estados Unidos (ordenadas por el Presidente Roosevelt en respuesta a las invasiones que Japón ya estaba llevando a cabo para expander su imperio), ordenarían un ataque militar a gran escala en contra de los Estados Unidos, pese a las terribles consecuencias que los militares japoneses de antemano sabían que esto traería. Naturalmente, si los estrategas militares japoneses hubieran decidido NO invadir Pearl Harbor (la decisión más cuerda de todas), el plan se habría venido abajo.

(2) Suponiendo que los japoneses decidieran declararle la guerra a los Estados Unidos con el ataque a Pearl Harbor, era absolutamente necesario e indispensable tras esto que Hitler le hiciera el juego a Japón declarándole también la guerra a los Estados Unidos. De este modo, suponiendo que Roosevelt provocó el ataque japonés a Pearl Harbor con la intención de obtener un pretexto para declararle la guerra a la Alemania Nazi, en tal caso tendríamos que concederle a Roosevelt cualidades dignas de un adivino, porque debería haber sido capaz de profetizar con toda certeza de que tras el ataque a Pearl Harbor, Hitler seguramente le declararía la guerra a los Estados Unidos, una profecía extremadamente aventurada por tratarse de un dictador caprichoso y errático acostumbrado a desplantes inesperados tales como la sorpresiva invasión de Rusia que tomó a Stalin por sorpresa. Aquí el enorme riesgo hubiera sido que Hitler se lavase las manos dejando solos a los japoneses en su aventura militar contra los Estados Unidos sin declararle Hitler la guerra a los Estados Unidos. Y entonces, ¿qué? Roosevelt no habría tenido esa justificación para entrar en la guerra que se estaba llevando a cabo en Europa, y a cambio de ello lo único que habría logrado hubiera sido la destrucción de la flota naval norteamericana del Pacífico y una guerra con Japón con la flota del Pacífico destruída.

En su libro, muy criticado por prominentes historiadores y académicos, Robert Stinnet no explica de modo convincente el por qué Roosevelt estaría tan absolutamente seguro de que un ataque militar de Japón traería como consecuencia inmediata una guerra con la Alemania Nazi. Tampoco explica satisfactoriamente el por qué Roosevelt podía estar tan seguro de que los Estados Unidos podían entrar exitosamente en el escenario de guerra con dos frentes abiertos, uno en Asia y otro en Europa, pese a la destrucción total de la flota del Pacífico, y pese a estar padeciendo aún la economía norteamericana los efectos de la depresión económica ocasionada por el crack en la Bolsa de Valores de Nueva York en 1929. De hecho, la Alemania Nazi perdió la guerra no como consecuencia de la entrada de los norteamericanos, sino como consecuencia de la batalla de Stalingrado (empezada el 21 de agosto de 1942 y terminada el 2 de febrero de 1943) que resultó catastrófica para la Alemania Nazi. Fue ésta batalla y no la entrada de Norteamérica la que decidió a fin de cuentas la derrota de Hitler, y esto es aceptado por la mayoría de los historiadores y académicos. De hecho, suponiendo que el ataque a Pearl Harbor nunca hubiese ocurrido, no habiendo entonces razón alguna para que los Estados Unidos entraran al conflicto, entonces sin la presencia militar norteamericana en Europa el dictador Stalin habría tenido el camino libre para no detenerse en Alemania sino seguir avanzando hacia el resto del continente europeo llegando hasta España en donde Stalin seguramente tenía cuentas pendientes que ajustar con el dictador ultraderechista Francisco Franco. Puesto de esta manera, la entrada militar de los Estados Unidos en el continente europeo resultó ser providencial (la continuada presencia militar norteamericana en Europa puso a los rusos tan nerviosos que llegaron a estar temerosos de que Estados Unidos presionado por sus propios sectores ultraconservadores anticomunistas decidiera continuar avanzando hacia Rusia para lograr lo que Hitler no logró, una posibilidad muy real para ellos después de que Estados Unidos hiciera estallar una bomba atómica el 6 de agosto de 1945 sobre la ciudad japonesa de Hiroshima; y no sería sino hasta el 29 de agosto de 1949, cuatro años después, cuando la Unión Soviética estalló su propia bomba atómica, que se rompió el monopolio que los Estados Unidos mantenían sobre esta arma terrible).

Las teorías conspiratorias sobre Pearl Harbor trabajan también sobre otro supuesto: atribuyéndole al Presidente Roosevelt una certeza absoluta de que el ataque ya venía en camino, si Roosevelt hubiera alertado a la flota del Pacífico entonces los daños a la flota podrían haber sido minimizados dándoseles oportunidad a los navíos americanos de escapar a mar abierto montando una defensa del puerto, con lo cual la gravedad "minimizada" del ataque no habría movido a los norteamericanos a la guerra. Pero... ¿realmente ésto habría cambiado el resultado final? La decisión de Japón de atacar Pearl Harbor ya estaba tomada, y esto no iba a cambiar en nada, hiciere lo que hiciere Roosevelt, esto era algo completamente fuera de su control. Y aún si los pilotos japoneses no hubieran encontrado un solo navío en el puerto, el mismo puerto de todas maneras habría sido bombardeado sin misericordia alguna destruyéndole a la flota todos sus muelles y todas sus instalaciones. ¿Y acaso no hubiera sido tomado ésto como una declaración de guerra? ¿Acaso ésto no habría convencido también a los norteamericanos de que ya no se podían quedar cruzados de brazos más tiempo ante lo que estaba ocurriendo? Recuérdese que en el caso de México bastó el hundimiento de dos buques que ni siquiera eran buques de guerra para convencer a México de que tenía un enemigo peligroso al cual no le quedaba más remedio que enfrentarlo. Y no se trataba de un simple asunto de ir a castigar a los Nazis a su nido para cobrar venganza por la afrenta. Cuando se recibe un ataque armado de este tipo, los demás ataques seguramente ya vienen en camino, y lo peor que se puede hacer es quedarse cruzado de brazos ante el enemigo sin hacer absolutamente nada.

Aún si Roosevelt hubiera estado absolutamente seguro de la inminencia del ataque japonés a Pearl Harbor, y tal vez hubiera podido minimizar los daños preservando algo de la flota para la guerra que estaba por venir, de cualquier manera habría obtenido del Congreso norteamericano una declaración de guerra en contra de Japón. Sin embargo, la preservación de toda la flota del Pacífico intacta no hubiera sido posible de ningún modo, ya que los movimientos del puerto estaban bajo vigilancia estrecha de los submarinos japoneses, y seguramente los planificadores del ataque ya habían tomado en cuenta la posibilidad de que los navíos zarparan por alguna razón inesperada (tal como el efectuar ejercicios de rutina en alta mar) o inclusive que la flota entera tratase de escapar en caso de que los planes hubieran sido detectados por la inteligencia militar norteamericana. Simple y sencillamente, una evacuación de esta magnitud no se puede llevar a cabo sin que el enemigo se dé cuenta. Si los navíos de la flota trataban de escapar hacia el mar abierto para evadir el asalto aéreo, en el mar los submarinos japoneses podrían haber dado cuenta de ellos, dejándole a la fuerza aérea japonesa la tarea de la destrucción de los muelles y las instalaciones de la isla. Nada de esto se habría podido evitar inclusive con un conocimiento anticipado de días sobre el ataque. Desde el momento en que los japoneses decidieron atacar, los sucesos estaban ya en marcha de modo irreversible, inapelable, con o sin Roosevelt.

La extrema derecha gusta soslayar en su propaganda literaria de que mucho antes de que Japón entrara en un conflicto bélico con los Estados Unidos, sus ambiciones expansionistas ya lo habían llevado a cometer impunemente numerosos crímenes de guerra y numerosas brutalidades tales como su propio holocausto genocida conocido como la Masacre de Nanking (de la cual existen numerosas evidencias fotográficas preservadas para la posteridad), llevada a cabo el 13 de diciembre de 1937, o la esclavitud sexual forzada en decenas de miles de mujeres (algunos historiadores ponen la cifra en 200 mil víctimas) obligadas a trabajar como prostitutas para mantener "divertidos y contentos" a los soldados "nacionalistas" de Japón. Y como lo reporta David Howland Bergamini (nacido en Tokio) en su libro "Japan's Imperial Conspiracy", Japón ya tenía en marcha su propia gran conspiración japonesa para apoderarse de TODO el continente asiático. Para las cientos de miles de víctimas de estas carnicerías inhumanas resultantes de agresiones no-provocadas, la ultraderecha mexicana no tiene ni una sola lágrima, quizá porque mentalmente están preparados para hacer lo mismo si tal cosa se les requiere.

Hagamos ahora un pequeño experimento de razonamiento hipotético, un gedanken, inspirados en el manejo de un principio o punto de partida opuesto a otro que ocasionó cierta consecuencia. Este punto de partida opuesto es lo que en filosofía se conoce como una antinomia. Supongamos por un momento que el Presidente Roosevelt se las hubiera arreglado mágicamente para que el creciente y agresivo Imperio militar japonés acostumbrado a operar en plena impunidad no hubiera entrado jamás en un conflicto bélico armado con los Estados Unidos (lo cual se antoja casi imposible aún en nuestros días), logrando que Estados Unidos no hubiese entrado jamás a la guerra, adoptando una política de aislacionismo. Entonces ... tras la derrota de Stalingrado, y con el avance imparable del ejército soviético hacia el resto de Europa, Mark Weber, Salvador Borrego, Traian Romanescu y los muchos otros propagandistas como ellos muy posiblemente estarían escribiendo en nuestros días algo como lo siguiente: "El cripto-judío marxista-leninista Roosevelt, con su camarilla rooseveltiana, pudiendo hacer algo para que Estados Unidos interviniera en el conflicto movilizando tropas hacia Europa para detener el avance del ejército soviético después de haber caído la Alemania Nacionalsocialista combatiendo heroicamente al comunismo, conjuraron y complotaron para mantener a los Estados Unidos ajenos a lo que estaba sucediendo en el resto del mundo, entregándole así con su traición todo el Viejo continente al comunismo en charola de plata". Así, el ingreso o no-ingreso de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial se convierte en materia completamente irrelevante para lo que los "intelectuales" del fanatismo moderno están tratando de argumentar. Dicho de otra manera, a los extremistas de la derecha radical de México -y lo mismo aplica para los extremistas de otros países- no se les puede ganar ningún argumento, porque ellos siempre, siempre, siempre, tienen la razón. No importa cuál sea la consecuencia de una cadena de acontecimientos históricos, ya sea hacia un lado o hacia el otro, para ellos todo es explicable a plenitud con el argumento de "la gran conspiración judía-comunista", y no es posible sacarlos de allí, al igual que no es posible tratar de convencer a un terrorista musulmán de que el suicidio y la masacre de civiles inocentes atenta contra los más elementales principios de moralidad y ética que distinguen al hombre de los simios que se mecen en los árboles.

Un inexperto que quiera continuar investigando por cuenta propia los argumentos presentados a favor de una teoría conspiratoria para meter a los Estados Unidos en una guerra con la Alemania Nazi debe ejercer un cuidado extraordinario por el campo minado en el que puede caer. A manera de ejemplo de un error involuntario en el que se puede caer, se podría visitar alguna página Internet de lo que parece ser un sitio respetable dedicado a la investigación seria de cuestiones históricas, tal como el Institute for Historical Review, en donde aparece una crítica a los argumentos anti-revisionistas publicados en el libro del Profesor Prange. La lectura de la crítica al mostrarse el carácter tendencioso de la misma debería ser suficiente para motivarnos a desconfiar y llevar a cabo una inspección cuidadosa de la página para saber exactamente qué es esto en lo que nos estamos metiendo. Y no tardamos en descubrir dentro de dicho sitio algo como un artículo de Mark Weber títulado "El Centro Simón Wiesenthal: Un Bastión del Poderío Judío-Sionista" o el enlace hacia un artículo de Kevin MacDonald titulado Henry Ford y la Cuestión Judía. Es aquí cuando empezamos a caer en la cuenta de que el "Institute for Historical Review" es un nido de ultraderechistas norteamericanos que están convencidos plenamente en la existencia de una gran conspiración judaica para el dominio del planeta. Y la caída del comunismo en el siglo pasado no parece haberles hecho cambiar de opinión. Tanto el fundador y director del Institute for Historical Review (cuyo nombre más apropiado, dada su naturaleza, debería ser Institute for Historical Revisionism), Mark Weber:





como su fundador financiero Willis Allison Carto como Kevin MacDonald son ultraconservadores neo-Nazis afines a la causa de la extrema derecha mundial. Es precisamente de fuentes como éstas de donde los ultraderechistas mexicanos sacan sus "doctas" fuentes de información y nutren sus numerosas citas para apoyar sus igualmente numerosas fantasías. Y como estos tipos, hay decenas y decenas. Por lo que la literatura extremista del neo-Nazismo se puede dar el lujo de citar amplias bibliografías que, inspeccionadas a fondo, no toleran el más mínimo soplo.

(Cabe agregar que Willis Carto:





, el decano del núcleo duro de la derecha radical norteamericana, el hombre clave detrás de la creación del Institute for Historical Review, parece haber estado conectado de alguna manera con el financiamiento de Timothy McVeigh, el peor terrorista doméstico en la historia de los Estados Unidos, de acuerdo con los testimonios obtenidos el 7 de mayo de 1997 en el juicio de este criminal desalmado, pero la verdad sobre sus presuntos nexos con la extrema derecha norteamericana quedaron relegados al misterio con la ejecución de McVeigh. Y de cualquier modo, el que estaba bajo juicio era McVeigh, no la organización extremista Liberty Lobby de Willis Carto. Y de cualquier modo, lamentablemente, no existen leyes en los Estados Unidos (ni en México) para remitir a prisión a una organización radical o a sus líderes por fanatizar a una persona, lo cual permite que las organizaciones radicales -tanto las públicas como las encubiertas- puedan continuar operando tranquilamente con toda impunidad al no estar tipificado el delito de lavado de cerebro, lo cual les permite a los líderes detrás de estas organizaciones mafiosas el poder inducir a otros al crimen lavándose cómodamente las manos en caso de que algo salga mal.)

En relación a las legiones de individuos que están dispuestos a creer, como si fuese un acto de fé, todas las fantasías y mentiras inventadas por los exponentes primigenios de la ultraderecha, lo único que se nos puede venir a la mente es el viejo refrán que dice "nace un mamón cada minuto" (there's a sucker born every minute). Refrán, por cierto, atribuído erróneamente por la creencia popular al famoso empresario circense Phyneas T. Barnum. Lo cual demuestra que no hay que creer ciegamente en todo lo que nos cuenten ni en todo lo que nos digan. Sobre todo si proviene de alguien como un "Teco" instructor de la Universidad Autónoma de Guadalajara o de un reclutador de la Organización Nacional del Yunque.

17 julio, 2006

El Yunque: Un Testimonio

Por Internet, por mensajería, de boca a boca, por una cantidad creciente de artículos y editoriales, en charlas telefónicas y en conversaciones familiares, la inquietante noticia sobre cómo la extrema derecha de México aglutinada en torno a una agrupación de cofradías secretas, cuyos líderes superiores nunca dan la cara y se están apoderando de México, va cundiendo por todo el país, e inclusive el escándalo creado en torno a este peligro ha traspasado las fronteras convirtiéndose en un tema de interés internacional.

¿Cómo sabemos que hay una conjura en marcha en estos momentos, montada por gente con ideología de extrema derecha para tener bajo su control los destinos de la Nación, aliada con el gran capital y ejerciendo un poder tan extraordinario tras las sombras que ni siquiera la Presidencia de la República escapa de él?

Lo sabemos por testimonios de ex-Yunquistas quienes al darse cuenta de la magnitud y la terrible monstruosidad de la conjura de la cual formaron parte, revestida con un falso catolicismo basado no en el amor pregonado por Jesucristo sino en el odio y la intolerancia llevados al extremo, han decidido romper el silencio, y exponiendo valerosamente sus vidas han descorrido el velo de misterio que cubre a la Organización Nacional del Yunque y a sus creadores, la organización ultrasecreta (bueno, ya no lo es tanto) de ultraderecha "Tecos" de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

Un lector escéptico podría responder: "¿Y cómo sé yo que esto no es otra tomada de pelo como el libelo anti-judío Los Protocolos de los Sabios de Sión, el mismo fraude sobre el cual descansa a fin de cuentas toda la ideología de la ultraderecha internacional, incluyendo la ultraderecha mexicana?". La respuesta sencilla es que mientras que el (los) autor (autores) de Los Protocolos de los Sabios de Sión filtró (filtraron) anónimamente aquí y allá sin dar jamás la cara unas cuantas copias de esta fabricación fraudulenta, los testimonios que denuncian las actividades encubiertas de esta temible conjura provienen de gente de carne y hueso que dan la cara, inclusive de gente que no se conoce entre sí dada la gran extensión territorial de la organización, pero que pese a ello coinciden en casi todo (con pequeñas variantes) sobre los rituales practicados por esta sociedad secreta, así como sobre el modo de operar y las enseñanzas e ideologías que en ella se pregonan.

A continuación, se presenta un testimonio de un ex-militante que nos puede ilustrar mejor sobre la enorme tragedia que se cierne sobre México. Este testimonio apareció por vez primera en el periódico A.M. de León, Guanajuato, el 15 de septiembre del 2003, bajo el artículo "Qué es el Yunque" elaborado por Pablo César Carrillo, cargado en Internet con el título "Ultraderecha en el bajío mexicano" por Rogelio Ruiz de la organización IMC-México bajo el siguiente enlace:

http://archives.lists.indymedia.org
/imc-mexico/2003-September/000476.html

Tras su publicación original, estas revelaciones fueron puestas posteriormente por Pablo César Carrillo en Internet en sitios como el siguiente:

http://andorra.indymedia.org
/news/2004/05/1445_comment.php

El texto íntegro del artículo se muestra a continuación sin alteración alguna:

‘Fui reclutado por El Yunque’

El abogado leonés Aarón Soto Martínez, secretario del Colegio de Abogados y ex candidato del PRI a diputado local, cuenta su breve paso por la organización secreta El Yunque. "Yo fui reclutado por el Yunque, me tomaron un juramento en un ritual secreto y decidí que ese no era mi camino", dice.

Dieciocho años después de aquel juramento, Aarón Soto rompe el silencio y demuestra que El Yunque no es una historieta ni es una ficción: El Yunque existe y tienesus cimientos en León.

Periódico AM de Leon, Gto. 15 de Septiembre de 2003
Por PABLO CÉSAR CARRILLO

Gerardo Miguel García
Aarón Soto Martínez

Aarón Soto era un estudiante de la Prepa Oficial, católico, bien portado y popular, con un talento especial para jugar basquetbol. Así que la organización no tardó en detectarlo como un buen prospecto de soldado católico que buscara construir el reino de Dios en la tierra.

"Te invito a un curso de creatividad", le dijo un buen día un maestro conocido como Toño, y Aarón asistió al curso sin saber dónde se metía.

"Al principio era un curso donde hablaban de liderazgo y hacían dinámicas interesantes, y me pareció que me serviría", recuerda.

Ahí conoció a un instructor elocuente y expresivo cuyo nombre era Pablo de la Cruz, un joven bajito que hablaba de la vida con un ánimo admirable, y que usaba historias y frases de filósofos para dar ejemplos de sacrificio y éxito. Esas dinámicas emotivas lo engancharon. Al concluir el curso, Pablo de la Cruz le dio una buena noticia: tres de los muchachos del curso serían invitados a integrarse a un grupo de líderes llamado Blanco y Negro, y él era uno de los afortunados.

"Pablo me dijo que le gustaría que ingresara al grupo de liderazgo y me explicó que se reunían los viernes y sábados con la única intención de prepararse. Las reuniones eran en un departamento localizado en Adolfo López Mateos, muy cerca del parque Hidalgo", platica.

Aarón Soto se presentó al grupo y los instructores comenzaron a hablarle de la necesidad de leer y estudiar para enfrentar las amenazas de la sociedad. Era agosto o septiembre de 1984. "Nos dieron un libro que tenía el título ‘Yo te saludo María’, comenzaron a darnos adoctrinamiento católico y nos decían con insistencia que el comunismo era una falacia", señala.

El joven Aarón se interesó por la reflexión y las lecturas, y estuvo asistiendo durante semanas, sin fallar. Le pidieron mejorar sus hábitos: "Levantarse temprano, no quedarse en la cama más de tres minutos, ser ordenado, aprovechar el tiempo, bendecir los alimentos, hacer una oración a las 12 del día y otra oración antes de dormir".

En seis meses, su instructor Pablo de la Cruz le informó que debido a su buen desempeño podía seguir su preparación en un nivel más avanzado. Dejaba la célula básica de organización conocida como "centro" y le tocaba ingresar a una "rama". Así que su preparación sería desde entonces en el templo de San Francisco de Sales.

Adoctrinamiento

Al templo de San Francisco -ubicado en la calle Alvaro Obregón- todos iban uniformados con un pantalón negro, camisa blanca y corbata negra. Ahí se dio cuenta que el grupo era más grande de lo que creía, y comenzó a conocer a otros integrantes de la organización.

"Ahí conocí a estudiantes de Medicina, de La Salle y del Hispano. Y escuché por primera vez los nombres de Gerardo Mosqueda, Ramón Muñoz, Tomás López, Alfredo Ling, Elías Villegas", dice. Aquellos líderes religiosos aún no eran políticos, pero se preparaban para serlo.

Su capacitación era en lo intelectual y en lo físico.

"Unos días rezábamos el rosario y teníamos ceremonias solemnes, y otros días un instructor nos ponía en el patio a hacer lagartijas, sentadillas y rutinas de esfuerzo físico", comenta Aarón. En ese tiempo, le pidieron asistir a unos cursos de karate en un salón del fraccionamiento Guadalupe. "Mi instructor me dijo que el karate era para saber defendernos, y nos enseñaron a aplicar llaves, dar golpes certeros y a desarmar al enemigo con facilidad", dice.

Aarón aún no entendía de qué se trataba. Pero las lecciones, la disciplina, las lecturas y la interacción con líderes adultos le hacían creer que era algo bueno para su preparación. "Veías hacia el futuro y sentías que estabas preparándote para ser un mejor profesionista y un mejor ser humano", platica.

Al cabo de ocho o nueve meses, el prospecto Aarón Soto fue iniciado en actividades secretas del grupo. Lo invitaron a un campamento de sobrevivencia en Sierra de Lobos.

Hicimos un campamento en la sierra: cada quien hacía su comida, eran sólo huevos cocidos y papas, tomábamos agua del río, y hacíamos mucho ejercicio, tipo militar", comenta. "En las mañanas nos levantábamos muy temprano y marchábamos como un pequeño ejército".

Allá, en la sierra, en medio de miles de robles, lejos de la ciudad, Aarón Soto escuchó una ponencia motivacional que no puede olvidar. El instructor Pablo de la Cruz, rodeado por jóvenes, se subió a una enorme piedra y dio su testimonio de vida: dijo que él tenía problemas en la columna y que había logrado superarlos a base de esfuerzo, explicó que la vida lo había tratado mal pero seguía luchando.

Aarón recuerda muy bien la escena de Pablo, hablando sobre la piedra.

"No me voy a rendir por mis problemas de columna. Voy a seguir luchando. Porque así debe ser el hombre de lucha. Porque me preparo para resistir. Porque hago ejercicio para estar fuerte y resistir el dolor. Porque no puedo vencerme ante el dolor", asegura Aarón que decía. "Mi cuerpo debe ser resistente. Mi cuerpo debe resistir todos los golpes. Yo debo ser como el YUNQUE al ser golpeado. Como el yunque del herrero que no se vence. El yunque que resiste todos los golpes. El yunque que moldea los metales. Todos debemos ser como el yunque al ser golpeado. Nos preparamos para ser como el yunque. ¡Somos como el yuuunque!.

Adiestramiento

Al cabo de un año, Aarón Soto fue invitado a un campamento de adiestramiento en el Colegio Agustino, en Santiago Tianquistenco, Estado de México. Uno de los primeros mensajes del instructor que los recibió fue: "Tenemos una misión: implementar el Gobierno del Señor en la Tierra. Si Gobernación se entera que estamos aquí, nos matan".

El entrenamiento inició con un baño a las 6:00 de la mañana.

"Un silbatazo nos despertó y un instructor gritaba: ¡tienen tres minutos para bañarse! ¡Corran, rápido, todos formados!", narra. "Tuvimos que bañarnos y vestirnos corriendo, y estar listos en el patio en minutos, en una formación militar, todos uniformados. Los que no cumplieron fueron castigados: 50 golpes en el estómago o 30 lagartijas".

Los reclutas venían de todas partes: de Puebla, de Guanajuato, de Chihuahua, de México, de Centroamérica y de Sudamérica. Todos con el mismo perfil: jóvenes de entre 17 y 24 años, educados y católicos.

Un instructor hizo algunas reflexiones que Aarón no recuerda con exactitud. "Nos decía algo así como: somos soldados de Dios, tenemos que luchar contra el socialismo, vamos a construir el reino de Dios en la tierra, vamos a prepararnos para tomar el poder".

La segunda actividad fue el desayuno que inició con la bendición de los alimentos. "Uno de ellos dijo: ‘Señor dales pan a los que tienen hambre, y a los que tenemos pan, danos hambre y sed de justicia’".

Al mediodía, el adiestramiento fue más pesado.

"Nos hicieron recorrer 500 metros pecho tierra. Nos pusieron a correr grandes distancias y marchar con un ritmo muy intenso", señala. En la tarde tuvieron pláticas sobre liderazgo, religión y anticomunismo. Y a las 7:00 de la noche rezaron un rosario de 15 misterios, todos de rodillas. Al concluir el primer día uno de los líderes les advirtió: "No deben comentarle a nadie esto. Ni a sus padres, ni a sus hermanos. Nuestra preparación tiene que ser en secreto. Gobernación tiene infiltrados en todas partes. Nosotros tenemos una misión con el Señor. Si nos descubren, nos matan".

Aarón recuerda que esa noche fue una de las peores de su vida.

"Estábamos dormidos y como a las 4:00 de la mañana nos despertó un ruido estruendoso. Eran balazos y sirenas por todas partes. Se oía cómo se quebraban los vidrios y caían al suelo", platica. "Yo me levanté corriendo y me refugié en una pared. Todos corrían en todas las direcciones, mientras los balazos se oían en la calle". Hasta que de un instante a otro todo quedó en silencio.

"No se escuchaba nada y nadie se atrevía a moverse. Entonces alguien comenzó a gritarnos con un altavoz: ¿Qué les pasa, soldados?, ¡están dormidos!, ¡¿por qué no pusieron una guardia?, pudieron habernos matado, ¿no están atentos o qué?, no podemos distraernos, no podemos dormirnos, no podemos descuidarnos, tenemos que estar siempre alertas, ¡tenemos una misión en la Tierra!".

Esa voz les ordenó hacer filas de inmediato, uniformados en calzoncillos, en la madrugada, con un frío terrible. En eso apareció un joven quejándose, con un brazo roto. "Se había arrojado del segundo piso durante la supuesta balacera, y los jefes lo premiaron por esa acción heroica y de gran valor", platica Soto.

Al amanecer, Aarón Soto quiso escaparse.

"Todo aquello rompió con mi estructura mental: yo me dije ‘no creo que Dios quiera todo esto. No creo que esta sea la forma de defender a Dios’", comenta. Pero finalmente se quedó hasta el final.

El día de la clausura llegaron líderes de todo el país. Esa mañana, desde la formación, Aarón conoció a varios personajes que jamás había visto en su vida. "Uno de ellos era un hombre maduro muy serio, y otro era un hombre de barba y con escaso pelo. Los dos parecían ser importantes. Ahora sé que uno de ellos era Elías Villegas -el mecenas del PAN en Guanajuato- y el otro era Luis Felipe Bravo Mena, el presidente nacional del PAN", dice Aarón, muy seguro. "Me puedo equivocar, pero no lo creo, esos rostros se me quedaron muy grabados".

Juramento

De regreso a casa, le llegó la hora del juramento.

La organización decide "juramentar" a un aspirante cuando considera que ya está adoctrinado y comprometido como para conocer los secretos.

"Un día Pablo me dijo: ‘vamos a ir a una ceremonia muy especial y tienes que ir con ropa nueva’", platica.

"Ese día tomamos un taxi para ir a un departamento localizado en el bulevar Hidalgo, a la altura de la Florida", comenta. Reflexiona un instante. "Antes de entrar, Pablo me dijo: ‘Es una ceremonia muy bonita donde vamos a hacer nuestro juramento a la encomienda que nos tiene el Señor’".

Pablo de la Cruz abrió lentamente la puerta.

"Todo estaba oscuro; era un sala pequeña, había incienso y dos velas grandes al frente. Al fondo había una mesa, con un crucifijo y una Biblia. A mi derecha estaban tres hombres de negro y a la izquierda otros tres, no estoy seguro si estaban encapuchados, pero no recuerdo sus caras. Al frente estaban dos hombres,
esperándome", explica.

Aarón caminó despacio hasta pararse frente a la mesa.

"Todos comenzaron a rezar al unísono, casi gritando, y me quedé impresionado. Era una ceremonia para aterrarse. Me pusieron un brazalete con un símbolo rojo y negro. Todos seguían rezando con intensidad en la penumbra, hasta que un hombre que estaba adelante me dijo: estás aquí para jurar fidelidad a la Organización Nacional del Yunque. Hasta ese momento entendí en dónde estaba: el grupo se llamaba la Organización Nacional del Yunque".

Aarón sujetó el crucifijo con una mano y puso la otra sobre la Biblia.

"El hombre que no vi me hizo jurar lealtad a la organización por encima de mi familia, de mi profesión y de mí mismo. Me bautizaron con el nombre de un santo, pero no recuerdo cuál es. Yo fui repitiendo lo que el hombre me decía. No recuerdo exactamente qué decía, porque yo estaba asombrado, pero fue un juramento que no asimilé. Desde ese momento me sacudió y me pareció que no era correcto", platica.

La ceremonia secreta concluyó y Aarón se retiró sin verles la cara.

Nunca regresó a la organización y decidió olvidarse de ellos.

"Me iban a buscar y me decían ‘hiciste un juramento’. Pero yo me escondí, me negué y no volví a verlos. Yo decidí que no era mi camino". Años después, Aarón entró al PRI y vio a sus antiguos compañeros entrar al PAN. Y casi veinte años después tomaron el poder: están en el Gobierno Municipal, en el Gobierno de Guanajuato y en el Gobierno Federal, como lo tenían planeado: Gerardo Mosqueda llegó a ser el coordinador de Delegaciones de la Secretaría del Trabajo del Gobierno Federal; Tomás López es el director de los Cecytegs de Guanajuato; Alfredo Ling llegó a ser diputado y senador del PAN; Luis Felipe Bravo es el jefe nacional del PAN; y Elías Villegas se mete en la designación de los gobernantes de Guanajuato. Basta decir que aquel oscuro departamento de la calle Hidalgo, donde Aarón Soto hizo su juramento, era propiedad de Ramón Muñoz, el hombre que le habla al oído al presidente Vicente Fox.

Algunas observaciones están en orden:

(1) "Los reclutas venían de todas partes: de Puebla, de Guanajuato, de Chihuahua, de México, de Centroamérica y de Sudamérica. Todos con el mismo perfil: jóvenes de entre 17 y 24 años, educados y católicos". Con estas revelaciones hechas por Aarón Soto Martínez, podemos ver que las actividades del Yunque no están limitadas a México. De México la infiltración se ha ido extendiendo lentamente hacia el Sur, hacia Centroamérica, hacia Sudamérica. Esto le debería de helar la sangre a todos los latinoamericanos desde Guatemala hasta Chile y Argentina, así como a sus respectivos gobiernos que se creían muy alejados de los efectos de lo que está sucediendo en México. Están siendo infiltrados en estos momentos por una fuerza invasora. Están siendo infiltrados por algo que no puede ser tomado menos que como una transnacional del terror. Del mismo modo, varios de los estudiantes extranjeros de otros países que se inscriben para cursar sus carreras profesionales en la Universidad Autónoma de Guadalajara y otras instituciones educativas afines a ésta terminan convirtiéndose en agentes al servicio de esta organización, regresando a sus países de origen para extender los tentáculos del pulpo mucho más allá del alcance ordinario de algo que comenzó en la ciudad de Guadalajara en México desde los tiempos de la Guerra Cristera. Por la naturaleza encubierta de sus operaciones, esta infiltración es algo que ha escapado a la detección que las agencias de seguridad nacional de otros países responsables por proteger a sus respectivos pueblos de amenazas como ésta deberían de haber estado llevando a cabo, detección que se debería haber traducido ya desde hace mucho tiempo en la negación visas de entrada a ciertos estudiantes mexicanos de intercambio o estudiantes graduados de ciertas instituciones educativas mexicanas como la Autónoma de Guadalajara así como a los maestros que laboran en instituciones como ésta en donde se fomenta la causa de la extrema derecha, junto con una advertencia clara a todos sus jóvenes que quieran viajar hasta México para inscribirse en estas instituciones "educativas" poniéndolos al tanto a ellos y a sus padres sobre la realidad de lo que está sucediendo en México.

(2) La ceremonia de la toma del terrible juramento del lealtad que ata a los incautos de por vida con obediencia ciega a esta organización siniestra está diseñada con los mejores efectos teatrales posibles para dejar una huella permanente en los "iniciados", una huella que los marcará por el resto de sus vidas. La garra de los criminales sobre la juventud que logran seducir y aprisionar está cimentada en la fuerza de este abominable juramento de lealtad que se les extrae al momento formal de su ingreso. Desde los "Tecos" de la Universidad Autónoma de Guadalajara hasta la Organización Nacional del Yunque pasando por muchas de sus organizaciones satélites, este es un ingrediente esencial que no puede faltar en los muchos rostros de esta hidra de cien cabezas a lo largo y ancho del territorio nacional.

(3) Aarón Soto Domínguez menciona a varios que pudo reconocer dentro de las tinieblas que envuelven a esta organización: Gerardo Mosqueda, Ramón Muñoz, Tomás López, Alfredo Ling y Elías Villegas. Sin embargo, ahora se sabe que hay otros "más arriba", muchísimo más arriba, hay otros que nunca dan la cara, ligados a los intereses del gran capital en México al cual en cierta forma le ofrecen "protección" manteniendo a los "izquierdistas, socialistas y demás marxistas a raya". Es gente con un enorme poderío concentrado en sus manos, un poderío que se extiende más allá de las fronteras de México. Es gente que en un momento dado puede ordenar el asesinato de otros a través de terceros con la seguridad de que jamás serán tocados. Es gente que opera en la más absoluta impunidad. Y ahora se sabe que el hilo conductor lleva directamente hacia quienes están detrás de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

(4) "No deben comentarle a nadie esto. Ni a sus padres, ni a sus hermanos. Nuestra preparación tiene que ser en secreto." Los estudiantes que son "invitados" a afiliarse a estas organizaciones secretas descubren muy pronto, como este testimonio lo indica, que están obligados a ocultarle a sus propios padres su pertenencia en estas causas malditas. Esto lo corrobora Aarón Soto Martínez a quien se lo ordenaron de manera muy específica, al igual que a todos sus demás compañeros inscritos en estos clubs necesitados urgentemente de la ayuda médica que solo los mejores psiquiatras del mundo pueden brindar. Por lo general, los padres de familia casi siempre son los últimos en enterarse de que sus hijos han caído en las garras de esta gente (al igual que como ocurre con los padres de familia cuyos hijos caen en la drogadicción al ser inducidos en estos vicios por gente igualmente ruin y perversa), y cuando lo descubren es como consecuencia directa de que su hijo se metió en graves problemas echándose encima la temida enemistad de estos extremistas por alguna causa tan infantil como el haberle contado a su novia sobre su ingreso a alguno de estos movimientos siniestros. Muchos padres de familia que envían a sus hijos a estudiar a instituciones Lasallistas de Guanajuato o a alguna de las extensiones de la Universidad Anáhuac o a la misma Universidad Autónoma de Guadalajara -el núcleo principal de la ultraderecha mexicana- creen erróneamente que por ser instituciones privadas "católicas" (¿?) sus hijos (e hijas) estarán protegidos, a salvo de la maldad del mundo, sin imaginarse que están exponiendo innecesariamente a sus hijos al mayor peligro que pueda enfrentar un joven mexicano. ¡Tanto dinero metido en el pago de tan altas colegiaturas, para que a fin de cuentas puedan terminar mil veces peor que si los hubieran inscrito en cualquier institución oficial! ¡Ignorando que esta clase de gente es gente de lo peor, gente que al igual que las mafias criminales es capaz de llegar y ha llegado al asesinato!

(5) "Nos enseñaron a aplicar llaves, dar golpes certeros y a desarmar al enemigo con facilidad". Este testimonio dado por Aarón Soto Martínez destaca la disciplina militar tipo Nazi -como la que practicaban las tropas de asalto S.S. de Heinrich Himmler- que se quiere inculcar en los nuevos reclutas, dándoles un entrenamiento en el manejo de armas de fuego y en tácticas de combate. Este entrenamiento corporal intenso no es una regla general, los mismos "Tecos" universitarios que estudian en la Universidad Autónoma de Guadalajara y que no forman parte de las porriles "fuerzas de choque" son sometidos únicamente a un "entrenamiento ideológico constante" a lo largo de varios años -lo cual es un eufemismo para lo que a fin de cuentas no es más que un lento proceso de "lavado de cerebro" como el que practican varias sectas pseudo-religiosas-. Nada hay de cristiano ni católico en todo esto. Aquí no hay ninguna espiritualidad ni nada que pueda ser utilizado para la salvación del alma (en el concepto genuino del cristianismo). Este entrenamiento paramilitar se dá no con la intención de "salvar al mundo" del comunismo soviético (que dicho sea de paso, ya no existe), sino con la intención de enseñar a matar, causando el mayor daño posible al prójimo, se dá con la verdadera intención de despertar en los "iniciados" a ese asesino primitivo que todo ser humano lleva por dentro (con la ayuda de la ideología extremista impartida a través de la propaganda se encarga de encaminar previamente mentalmente a los miembros de nuevo ingreso por esta vereda de odio puro). Ya desde sus inicios, al momento de ingresar a estos templos de maldad, se está tratando de despertar la proclividad hacia los instintos más bajos de odio y rencor que todo ser humano lucha en mayor o menor grado por contener. Se trata de soltar a ese monstruo horrendo dejándolo libre, sin ataduras de ninguna especie. Se trata de convertir a Anakin Skywalker en Darth Vader, pero en la vida real. Es la misma degradación, es el mismo envilecimiento por el cual pasaron millones de alemanes que terminaron vendiéndole su alma al Diablo, un Diablo que les presentó promesas luminosas tales como la creación de una "raza superior" en la que el hombre prescinde por completo del concepto de Dios, promesas tales como la creación de un imperio que duraría "mil años", promesas tales como la creación ilimitada de riquezas y bienes materiales, sólo para terminar todo en una estela de destrucción y muerte como Alemania y Europa jamás habían experimentado en toda su historia.

(6) "Vamos a prepararnos para tomar el poder". Por más que se proclamen a sí mismas como católicas, por más que se proclamen como cristianas, estas organizaciones criminales van tras el poder político, van tras el poder terrenal, van tras la cosa material, lo que llaman muy convenientemente a su manera "el reino de Dios en la tierra", y lo confirman cuando dicen cosas como estas. Nada hay de espiritual en sus intenciones finales. "Los de abajo", la gente "pequeña", los que están dispuestos a sacrificarse por ellos, los que al final sólo terminan recibiendo migajas del botín, sólo son carne de cañón para los cerebros situados en los estratos superiores, sólo son "tontos útiles". Pero esto no lo puede ver la mayoría de los militantes de base, cegados como están por la propaganda desquiciante con la que se les ha enajenado sus mentes.

(7) Todo lo que ocurre en las filiales estudiantiles de estas sociedades clandestinas ocurre con el pleno conocimiento, el pleno consentimiento y el aval más entusiasta de las autoridades universitarias y de los departamentos de servicios académicos de los colegios particulares que las fomentan y las usan como una red de "soplones" (¡sin paga alguna!) al servicio de los dueños de estos negocios "educativos", motivo por el cual es una pérdida inútil de tiempo para cualquier padre de familia el irse a quejar ante la dirección escolar por alguna amenaza o alguna agresión de que haya sido víctima su hijo(a). Es como querer ir con el Diablo para quejarse ante él por alguna maldad que están haciendo sus demonios. En las palabras de un padre de familia sumamente decepcionado y desilusionado que tuvo una muy mala experiencia con ellos: "Lo único que se puede hacer es mentarles la madre, sacar al hijo de la institución, y buscar otra opción educativa en la cual se le enseñe al alumno única y exclusivamente lo que aparece en el plan de estudios". Esto además de correr la voz entre amigos y conocidos sobre lo que realmente se está maquinando detrás de estas sucursales del Infierno. Cada estudiante injustamente expulsado o agredido físicamente se puede convertir -y muchos se han convertido ya- en un vocero valioso para descorrer el velo de misterio que envuelve las verdaderas intenciones de estos adoradores del Nazismo "a la mexicana".

(8) ¿Fue el mismo Vicente Fox, convertido en el Presidente de México a partir del 2000, uno de los iniciados dentro de esta terrible organización desde antes de que incursionara en la política, desde antes inclusive de que fuera Gobernador de Guanajuato? Si lo es, entonces ha sido un secreto extraordinariamente bien guardado, que de ser cierto y de haberse sabido antes de las elecciones celebradas en el 2000, le habría costado a la ultraderecha mexicana sus mejores posibilidades de acceder al poder tras el deterioro del PRI. Pero también es cierto que la divulgación de un secreto de este calibre tendría que ser pagada con un gran derramamiento de sangre, porque así es como opera esta gente. Los estratos superiores pertenecen a gente despiadada carente de compasión y misericordia, para quienes la vida humana carece de valor alguno. Sí, recurren mucho a la religión, y su coto de reclutamiento predilecto lo son los jóvenes católicos, pero esto no signifique que en el mando superior poseean virtud cristiana alguna como la gran mayoría de sus ilusos seguidores supone.

El mismo periódico A.M. que publicó valerosamente el anterior testimonio ha publicado otros artículos haciendo nuevas revelaciones sobre lo que está ocurriendo a espaldas de los mexicanos. Ha denunciado la preocupación manifiesta de conocidos diputados estatales sobre el espionaje Yunquista que se está extendiendo a todas las esferas de la vida política, el cinismo con el cual los líderes panistas pretenden negar la terrible realidad del Yunque, las denuncias del Subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en contra del Yunque, y la intromisión Yunquista en las elecciones presidenciales del 2006.

Con el triunfo dudoso de Felipe Calderón en el 2006, respaldado por las fuerzas secretas que quieren controlar a México, la cosa se está poniendo más dura de lo que prominentes analistas suponían que se pondría. Y si muchos están empezando a aceptar por fin -aunque tardíamente- que todo esto es algo terrible, lo único que se les puede recalcar aquí es que: la cosa está mil veces peor de lo que suponen. Parece que lo peor está por venir.

11 julio, 2006

Infiltración

¿De dónde toma la extrema derecha mexicana sus ideas para llevar a cabo su propia guerra secreta?

De su propia propaganda.

En la introducción de su libro "Infiltración Mundial":





el máximo propagandista de la extrema derecha en México, Salvador Borrego, dice lo siguiente:

En la Segunda Guerra Mundial apareció como nueva arma (muy superior al antiguo espionaje) el movimiento secreto de infiltración. Consistía en funcionarios y militares que teóricamente combatían en favor de Alemania, pero cuya meta real era derrotarla "por dentro".

También se relata aquí el inicio del Marxismo. Esto parecería extemporáneo, pero no es así por que el marxismo no está liquidado. La Revolución Mundial lo acoge maternalmente y lo sigue avalando como "Ideología respetable".

Infiltración Mundial, junto con Derrota Mundial lleva al conocimiento preciso de las fuerzas que han venido conduciendo la actual descomposición mundial.

Este Libro relata los inicios del marxismo-leninismo. Parecería extemporáneo, pero no es así porque el marxismo no está liquidado. Lo acoge maternalmente la Revolución Mundial y lo avala como "ideología" respetable.

Aún hoy persiste la propaganda para engañar a la juventud con leyendas sobre el marxismo, en las que se le absuelve de las infamias que sufrieron veintenas de pueblos, desde el ruso hasta el polaco, el húngaro, el checoslovaco, el cubano y etc.


El libro "Infiltración Mundial" parte del supuesto de que casi todos los alemanes que se opusieron al régimen de terror de Hitler -el campeón indiscutible de la ultraderecha mexicana-, especialmente aquellos que casi lograron matarlo con el fallido atentado del 20 de julio de 1944, salvo contadas excepciones necesariamente tenían que ser judíos camuflajeados como alemanes, y aunque Salvador Borrego no presenta ni una sola prueba documental que avale sus fantasías, de cualquier modo barre parejo pretendiendo haber "descubierto" sentado cómodamente desde su escritorio cosas que ni siquiera la terrible policía secreta Gestapo pudo obtener después de muchas horas de suplicio aplicando los más dolorosos tormentos concebibles a los sublevados, como en el caso del almirante Wilhelm Canaris a quien por insinuaciones e indirectas Salvador Borrego trata de perfilar como un judío pese a que ningún historiador alemán lo reconoce como tal, pese a que ningún historiador judío lo reconoce como tal, y pese a que los mismos verdugos de Heinrich Himmler tampoco lograron arrancarle alguna relación con judío alguno pese a que casi lo matan en los interrogatorios. La investigación Nazi sobre Wilhelm Canaris se supone que fue tan extensa antes de matarlo que si hubiera tenido algún tatarabuelo judío, sin lugar a dudas se lo habrían descubierto y hubieran usado tal dato en su propaganda.

El 98% de lo que contiene el libro "Infiltración Mundial" (y lo mismo se puede decir del voluminoso libro "Derrota Mundial" del mismo autor) son los mismos datos que podemos encontrar en cualquier buen libro de historia sobre la Segunda Guerra Mundial, para lo cual Salvador Borrego no aporta nada nuevo que no se conociera de antemano, mientras que el 2% restante es propaganda típica de la ultraderecha mexicana intercalada por el autor, sugiriendo aquí y allá -sin presentar pruebas- que tal o cual espía o que tal o cual enemigo de Hitler era judío. Sin lugar a dudas un dictador que ya estaba enviando a millones de judíos a los campos de exterminio no esperaría encontrar muchas simpatías entre las comunidades judías de Europa, pero de ello a afirmar que tal o cual enemigo de Hitler era judío por el solo hecho de ser enemigo de Hitler hay un gran salto cuántico que solo puede ser dado como un gran acto de fé fanática o mediante una gran cantidad de evidencia documental incuestionable que de haber existido debería haber ocupado ese 98% del libro malgastado en repetir inútilmente lo que cualquier estudiante puede encontrar en la biblioteca de su escuela o en Internet sobre la Segunda Guera Mundial.

Ya dentro del libro, el lector se dá cuenta conforme avanza en su lectura de que el propagandista Salvador Borrego va dando rienda suelta a sus acusaciones de siempre. "Los inicios del marxismo-leninismo" a los que alude, "las fuerzas que han venido conduciendo la actual descomposición mundial" no son más que el mismo alegato trillado en exceso sobre la supuesta existencia de una magistral conspiración urdida por todos los judíos alrededor del planeta ayudados por todos los izquierdistas del mundo entero y también por todos los adherentes a las logias masónicas para la conquista del mundo (inclusive, se llega al extremo de involucrar también en la conspiración a miembros de organizaciones sociales tales como los Rotarios o los miembros del Club de Leones, y hasta a las asociaciones cristianas de jóvenes conocidas como las YMCA). Es lo mismo de siempre, el mismo tema paranoico, sin variación alguna.

En la mentalidad del típico ultraderechista mexicano, su lema es: "Si ellos lo hacen, ¿por qué yo no?", "Si ellos infiltran, ¿por qué yo no?", "Si ellos traicionan a otros en aras de sus propios intereses, ¿por qué yo no?", "Si ellos fabrican falsedades y distorsionan la realidad histórica con el fin de ganar adeptos para su causa, ¿por qué yo no?", "Si ellos buscan el poder absoluto, el poder total, ¿por qué yo no?", "Si ellos trabajan al amparo de las sombras, ocultando sus verdaderas intenciones, ¿por qué yo no?"

De este modo, todos los libros y manuales elaborados para consumo de quienes militan en estos movimientos clandestinos terminan siendo utilizados como manuales de entrenamiento sobre lo que se debe de hacer para conquistar el poder sin perderlo de la manera como le ocurrió a los Nazis de Alemania.

La Organización Nacional del Yunque, recibiendo directivas directas de sus creadores los "Tecos" de la Universidad Autónoma de Guadalajara, es la mejor prueba de ello. En lugar de fundar su propio partido político, algo así como el "Partido Nacional del Yunque" o el "Partido Nacionalista Mexicano", usando organizaciones satélite como el DHIAC (Desarrollo Humano Integral y Acción Directa) se dedicaron a infiltrar al Partido Acción Nacional para allegarse de sus recursos, apoderándose de él y usándolo como instrumento para la conquista del poder en México. Esto fue lo que sucedió en las elecciones presidenciales del 2000 y se vió refrendado nuevamente en las elecciones presidenciales del 2006. Se sabe a ciencia cierta que cuando el PAN experimentó un enorme auge al empezar la década de los ochentas, ya había estudiantes y graduados de la Universidad Autónoma de Guadalajara (así como ex-Sinarquistas e hijos de ex-combatientes de la Guerra Cristera) repartiendo sigilosamente propaganda que al hablar sobre el marxismo-leninismo hablaban también sobre la existencia de una supuesta "gran conspiración judía" para el dominio mundial, igualando ambas cosas en su totalidad. Dentro del PAN ya saben de quiénes se trata.

Pero no sólo el PAN fue víctima de esta infiltración para la cual no estaba preparado. También otros partidos políticos fueron penetrados sigilosamente por gente cuyas intenciones reales no eran el promover la plataforma socio-económica propuesta por tal o cual partido, sino el irse apoderando de los recursos ajenos o el propiciar la destrucción del partido fomentando la traición entre sus propias filas. Un ejemplo claro de un traidor laborando dentro del Partido Revolucionario Institucional, trabajando por dentro para sabotear las posibilidades de que el PRI pudiera regresar a la Presidencia de la República -convertiéndose en un factor de riesgo en el 2006 para la extrema derecha posesionada del gobierno federal-, lo es claramente la controvertida "maestra" Elba Esther Gordillo Morales:





, la dirigente nacional del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE). Todo lo que es ella, toda su enorme fortuna personal, toda su fuerza política, todo, absolutamente todo, se lo debe al Partido Revolucionario Institucional. Sin el PRI, ella habría sido un cero a la izquierda, relegada quizá a ser realmente una maestra de Primaria en alguna zona rural en algún estado del Sur, viviendo una vida mucho más modesta. Sin embargo, en las elecciones presidenciales del 2006, en la hora crucial para definir lealtades hacia su pesebre, ella no tuvo ningún empacho en sabotear abiertamente las posibilidades del PRI de poder regresar a la Presidencia de México, poniéndose del lado del PAN a grado tal que el mismo Yunquista máximo dentro del PAN, Manuel Espino, estuvo negociando con ella para concretar "acuerdos" cuyos detalles precisos sólo los conocen ellos mismos, ocurriendo todo después de que el mismo vicecoordinador panista en la Cámara de Diputados, Juan Molinar Horcasitas ya había señalado que el Partido Acción Nacional estaba dispuesto a recibirla con los brazos abiertos en sus filas, si la lideresa del magisterio nacional decidía abandonar el PRI. Cuando en el PRI se dieron cuenta de las verdaderas lealtades de Elba Esther Gordillo, reaccionando quizá demasiado tarde tomaron la decisión de suspenderla en sus derechos políticos después de que dos meses antes ésta ya se había separado de su cargo como presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del PRI (en septiembre del 2005), ya para entonces era demasiado tarde. Ya había causado un daño enorme dentro del partido que le había dado cobijo. Y aún lo seguiría causando, pero sin salirse del PRI, apoyando decididamente tras bambalinas al Partido Nueva Alianza. La traición de Elba Esther Gordillo sin lugar a dudas jugó un papel fundamental para relegar al partido que le había dado cobijo a un tercer lugar tanto en las elecciones presidenciales como en las elecciones para la renovación de diputados y senadores en el Congreso de la Unión. Todo esto, se repite, funcionó a fin de cuentas a favor de los intereses del candidato de la extrema derecha panista, Felipe Calderón; nunca antes en la historia de México se había dado el caso de que una persona dentro de un partido trabajara decididamente a favor de los intereses de un partido contrario como lo hizo Elba Esther Gordillo. (Elba Esther Gordillo tras más de 30 años de militancia fue expulsada del PRI el 13 de julio del 2006, al encontrársele culpable de haber incurrido en actos de traición en contra de dicho instituto político.) Pero al menos ella lo hizo abiertamente sin ocultar sus intenciones. Fue usada por la Organización Nacional del Yunque sin ser adherente de esta organización extremista. El caso que más debe preocupar a cualquier mexicano es el de aquellos que sí están afiliados en secreto al Yunque y que ocultan en todo momento esta adherencia fingiendo estar laborando a favor de cierta causa cuando en realidad sus lealtades son otras, tal y como acostumbran hacerlo los ultrafanáticos afiliados al Yunque.

¿Llegó también la infiltración del Yunque a los estratos superiores del Partido de la Revolución Democrática, en donde estarían en mejores condiciones de poder sabotear las esperanzas que Andrés Manuel López Obrador tenía para llevar a cabo un cambio en el modelo socio-económico del país dándole a las políticas del gobierno una orientación social en lugar de la depredadora orientación neo-liberal culpable de la expulsión de medio millón de mexicanos al año hacia los Estados Unidos por la falta de empleos en México? Es muy probable que los enemigos más peligrosos que tuvo el candidato de la izquierda no fueron aquellos que daban la cara abiertamente, sino aquellos que, infiltrados en los estratos superiores dentro de su partido, actuaron bajo órdenes directas de hacer todo lo posible a su alcance para sabotear su campaña y sus esperanzas de llegar a la Presidencia de México. Para la extrema derecha, había que impedir a toda costa por cualquier medio posible la posibilidad de que López Obrador pudiera llegar a la Presidencia, ya que de suceder esto la consecuencia inmediata sería en la expulsión de la extrema derecha del gobierno federal. Al respecto, sobre la terrible posibilidad de que López Obrador haya tenido traidores cercanos a él que deliberadamente lo estuvieron malaconsejando, que deliberadamente lo estuvieron saboteando, que deliberadamente estuvieron poniendo al tanto al Yunquista líder nacional del PAN Manuel Espino sobre las tácticas y estrategias de campaña que tenía planeadas adoptar el Partido de la Revolución Democrática, queda para nuestra reflexión un artículo elaborado por el conocido analista Sergio Sarmiento en su columna "Jaque Mate" publicada el 11 de julio del 2006, bajo el título "El Complot", en la cual dice lo siguiente:

Pero quizá López Obrador debería volver también la vista a su equipo de trabajo para identificar a aquellos traidores que estuvieron cercanos a él y que sin duda ayudaron a que la conspiración tuviera éxito. Efectivamente, hay indicios de que gente del propio entorno del candidato lo traicionó y lo llevó a perder una elección que, al comenzar la campaña, él tenía en el bolsillo.

¿Quién o quiénes, por ejemplo, fueron los colaboradores que convencieron a López Obrador en las semanas previas a la elección de que todas las encuestas que se dieron a conocer públicamente estaban cuchareadas y en cambio había una encuesta que le daba 10 puntos de ventaja, los cuales se habrían traducido en 4 millones de votos? ¿Por qué ocultaron el nombre del encargado de esa encuesta y la metodología que utilizó? ¿Querían, acaso, que el candidato perredista bajara la guardia, convenciéndolo de su triunfo seguro en una contienda que en realidad se estaba cerrando? ¿Buscaban de esta manera facilitar su derrota?

¿Quién fue el traidor que convenció a López Obrador de no participar en el primer debate entre los candidatos presidenciales? En una elección tan cerrada, esta oportunidad perdida bien puedo ser una de las razones de la derrota final.

¿Quién en el equipo cercano a López Obrador convenció al candidato de llamar "chachalaca" al presidente Fox? Y después de que quedó en claro que esto había sido un error, que llevaba a un rechazo por parte de un segmento muy importante de la población, ¿quién insistió entre sus asesores que el candidato debía seguir llamando chachalaca al mandatario frente a todas las cámaras y los micrófonos de los reporteros? ¿Quién le dijo a López Obrador que debía decir "cha-cha-la-ca" despacito, "para que se entienda bien", ante los medios de comunicación? ¿Sabía este asesor que le estaba haciendo perder a su candidato cientos de miles, quizá millones, de votos en una elección que distaba de haber terminado?

¿Quién le dijo a López Obrador el mismo día de la elección que estaba arriba en el resultado por 500 mil votos? ¿Dónde están las encuestas que supuestamente respaldaron esta afirmación? ¿Por qué ni el PREP, ni el conteo oficial de actas, mostraron esa ventaja? ¿Por qué ni siquiera la exhiben las actas en poder del PRD?

Hay buenas razones para pensar que, efectivamente, hubo una conspiración en contra de López Obrador. Pero quienes participaron en esta conspiración son en buena medida aquellos que se encuentran cercanos al candidato. Sólo de esta manera puede entenderse que una ventaja que supuestamente alcanzaba los cuatro millones de votos se haya desvanecido de la manera en que lo hizo.

López Obrador tiene formas de revertir la conspiración de los enemigos externos. Las leyes electorales, después de todo, le permiten impugnar los resultados de las casillas que puedan tener irregularidades. Mucho más difícil será, sin embargo, contrarrestar a esos enemigos internos que hicieron que se esfumara una ventaja muy amplia que, de haberse conservado, le habría permitido ser en estos momentos el ganador indiscutible de la elección más reñida en toda la historia de nuestro país. Contra ellos debería estar especialmente furioso López Obrador.


Quizá sin proponérselo, Sergio Sarmiento parece haber dado justo en el clavo.

A lo ya mencionado por Sergio Sarmiento, agregaremos un incidente más de lo que parece haber sido una trampa bien tendida para hacer quedar públicamente en ridículo a López Obrador restándole credibilidad ante la opinión pública en momentos en los cuales la credibilidad es el activo más valioso. Se trata de la videograbación sobre lo que supuestamente ocurrió en la casilla 2227 contigua de Cerro Gordo, en el distrito federal electoral de Salamanca, en el estado de Guanajuato, en ese semillero de Sinarquistas que terminaron afiliándose en masa al panismo con el beneplácito del Yunque. En esa casilla electoral, el representante de la coalición "Por el Bien de Todos", Luis Alberto Barrón Valle, videograbó lo que parecía una operación de embarazo de urnas llevada a cabo por el presidente de la casilla Juan Gilberto Castro Razo, denunciada posteriormente por López Obrador el lunes 10 de julio del 2006 ante una conferencia de prensa:





Sin embargo, tras la conferencia de prensa, a través de los medios de comunicación se estuvo haciendo la aclaración de que la operación no había sido ningún embarazo de urnas, sino una simple reubicación de boletas electorales que habían sido mal depositadas, pues correspondían a la urna para la elección de Diputados y no a la urna para la elección de Presidente en donde fueron colocadas, e inclusive la representante del PRD ante esa casilla, Juliana Barrón Vallejo, avaló con su propia firma los resultados y lo que quedó consignado en el acta del conteo oficial. Pero Luis Alberto Barrón Valle no sólo videograbó lo que ocurrió en la casilla, sino que tras esto consintió y plasmó su firma en el acta de la casilla 2227 sin hacer constar, en ningún espacio de la misma, su protesta . Esto lo podemos ver claramente en la foto arriba mostrada. Y tras esto, envió la videograbación al equipo de campaña de López Obrador argumentando que lo que allí se estaba documentando era una operación de "embarazo de urnas". ¡Y le creyeron!

Obsérvese también otro detalle interesante en los nombres: la representante del PRD que avaló con su firma la limpieza y transparencia del proceso electoral en la casilla 2227 al extremo de decir -en declaraciones hechas a EL NOTICIERO de Televisa- "Cuando se vació la primera urna que salieron de otra es que, yo creo que los que votaron se confundieron de color de las urnas y pusieron boletas en otra urna y lo que pasó es que los regresamos a su urna. Él (Juan Gilberto Castro Razo) dijo que los iba a poner en su urna, todos los representantes dijimos que sí, todos lo vieron, no hubo nada, porque si estuviera algo mal yo no iba a firmar nada, pero como todo estaba bien, todo legal, por eso firmé" se llama Juliana Barrón Vallejo (de acuerdo con la información proporcionada por el IFE a los medios), mientras que la persona que llevó a cabo la videograbación se llama Luis Alberto Barrón Valle (de acuerdo con la información publicada en varios medios). ¿Coincidencia extraordinaria, o prueba de una relación de parentesco directo? Si suponemos lo último, entonces aquí hay algo extremadamente raro, porque uno firma avalando la transparencia del proceso, mientras que el otro videograba las escenas del proceso con el fin de documentar todo lo contrario, un delito electoral, con la intención obvia de que sea denunciado por López Obrador ante los medios. Hasta un observador neutral que se ponga a repasar estos hechos tiene que llegar eventualmente a una pregunta inquietante: ¿Qué es lo que realmente sucedió aquí?

Al presentar su denuncia ante los medios, López Obrador actuó de buena fé creyendo que la información que se le había hecho llegar era información confiable. ¿Por qué razón habría de mentir deliberadamente dándole credibilidad ante los medios a algo que él mismo ya supiera de antemano que al ser expuesto lo haría quedar en ridículo?

Si lo que hizo el presidente de la casilla 2227 fue simplemente pasar boletas para Diputados y Senadores que habían sido colocadas por error en la urna para Presidente (lo cual está permitido por la ley, según lo estipula el artículo 231 del Código Federal Electoral), con el aval de los demás funcionarios y representantes de partido incluyendo al mismo Luis Alberto Barrón Valle, entonces ... ¿cuál fue la verdadera intención de éste último al remitir su video como una "prueba" de un presunto embarazo de urnas llevado a cabo en dicha casilla a sabiendas de que tal cosa no había ocurrido? ¿Por qué incurrió deliberadamente en este acto a sabiendas de que si López Obrador mordía el anzuelo y caía en la trampa el escándalo resultante terminaría siendo manipulado propagandísticamente por el Partido Acción Nacional como a fin de cuentas ocurrió? ¿Es Luis Alberto Barrón Valle un infiltrado al servicio del Yunque?

El incidente de la videograbación de lo ocurrido en la casilla 2227 contigua de Cerro Gordo es excepcional porque permite ponerle nombre y rostro a un presunto sospechoso, algo que no se dá con frecuencia. Y ciertamente, con un buen interrogatorio sin necesidad de recurrir a los métodos tan favorecidos por los Nazis y la Santa Inquisición aquí se podría llegar hasta el fondo del asunto. De cualquier modo, esto no bastaría para borrar el daño hecho en contra de la credibilidad pública de López Obrador. El único valor que podría tener el extraerle la verdad al sospechoso es que, de confirmarse que nunca fue un perredista de corazón, de confirmarse que nunca estuvo de lado de López Obrador, de confirmarse que sus lealtades siempre estuvieron del lado contrario, habría motivos para suponer que no se trata de un caso aislado, habría motivos para suponer que hay otros como él incrustados dentro del PRD con el mismo objetivo: ocasionar el máximo daño posible debilitando al contrario por dentro. ¿No fue acaso ésta la misma táctica aplicada por la extrema derecha para apoderarse del PAN? Si el PAN de antaño no pudo evitar el ser infiltrado por gente de la ultraderecha, ¿por qué razón habrían de esperar en el PRD un trato diferente?

La infiltración de un partido político como el PRD tendría como objetivo complementar los operativos de espionaje con recursos del Estado que ya se han llevado a cabo y se siguen llevando a cabo y que han producido las famosas grabaciones telefónicas y las famosas videograbaciones filtradas siempre anónimamente a los medios de comunicación que le han costado a varios conocidos personajes la destrucción total de sus carreras políticas. Estos objetivos serían tan variados como recolectar información que no es posible obtener a través de operativos convencionales de espionaje, información que solo es posible obtener ganándose la confianza de quienes están siendo infiltrados; o bien el estar suministrando malos consejos y mala asesoría con la deliberada intención de producir el mayor daño posible, con el deliberado propósito de conducir a la víctima por senderos equivocados que de otro modo no tomaría. Este asalto sería llevado a cabo por una nueva especie de enemigo: el cripto-Yunquista.

¿Meras fantasías? Desafortunadamente, no. Y para comprobarlo, solo basta conversar con un ex-alumno de la Universidad Autónoma de Guadalajara que haya pertenecido a la sociedad secreta de extrema derecha conocida como "Los Tecos" (y hay ya una cantidad creciente de ellos que están dispuestos a hacerlo en desafío del juramento de lealtad con que son inducidos en la organización, al darse por fin cuenta de la enorme monstrousidad de aquello en lo que se vinieron a meter). Si el cripto-Teco es una realidad tangible dentro de la Autónoma de Guadalajara, ¿por qué razón habrían de limitar sus tácticas de infiltración y traición a los confines de la UAG, cuando tienen todo el territorio nacional disponible? Sobre todo cuando el aparato investigativo del Estado que debería proteger a México de esta clase de gente ya está en manos de ellos.

09 julio, 2006

¿La Sinagoga de Satanás?

La Sinagoga de Satanás.

Nunca una frase como ésta, sacada completamente fuera de su contexto original, ha sido tan manipulada y tan manoseada como lo han hecho los extremistas radicales de la derecha del mundo entero. Su uso moderno, con fines meramente propagandísticos, es aplicado para distinguir indistintamente a los judíos en conjunto, o a la masonería. Así, en un texto de la ultraderecha, el pueblo judío es la “Sinagoga de Satanás”, mientras que en otro texto lo son las logias masónicas en su totalidad, y en libros como los elaborados por los ultraderechistas mexicanos (Salvador Borrego, Carlos Cuesta Gallardo alias “Traian Romanescu”, etc.) terminan revolviendo los conceptos haciéndolos iguales entre sí.

La frase aparece por vez primera en las Sagradas Escrituras en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis del Apóstol San Juan, en el capítulo tercero, versículo noveno (Apocalipsis 3:9). Para no incurrir en el mismo yerro cometido por la derecha extrema, reproduciremos el texto íntegro del capítulo bíblico en el cual aparece dicha frase:

Carta a la Iglesia de Sardes.

3:1 Escribe al Ángel de la Iglesia de Sardes: "El que posee los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, afirma: "Conozco tus obras: aparentemente vives, pero en realidad estás muerto.

3:2 Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios.

3:3 Recuerda cómo has recibido y escuchado la Palabra: consérvala fielmente y arrepiéntete. Porque si no vigilas, llegaré como un ladrón, y no sabrás a qué hora te sorprenderé.

3:4 Sin embargo, tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado su ropa: ellas me acompañarán vestidas de blanco, porque lo han merecido.

3:5 El vencedor recibirá una vestidura blanca, nunca borraré su nombre del Libro de la Vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Ángeles".

3:6 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".

Carta a la Iglesia de Filadelfia

3:7 Escribe al Ángel de la Iglesia de Filadelfia: "El Santo, el que dice la Verdad, el que posee la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir, afirma:

3:8 "Yo conozco tus obras; he abierto delante de ti una puerta que nadie puede cerrar, porque a pesar de tu debilidad, has cumplido mi Palabra sin renegar de mi Nombre.

3:9 Obligaré a los de la sinagoga de Satanás -que mienten, porque se llaman judíos y no lo son- a que se postren delante de ti y reconozcan que yo te he amado.

3:10 Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra.

3:11 Yo volveré pronto: conserva firmemente lo que ya posees, para que nadie pueda arrebatarte la corona.

3:12 Haré que el vencedor sea una columna en el Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Y sobre él escribiré el nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén que desciende del cielo y viene de Dios- y también mi nombre nuevo".

3:13 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".

Carta a la Iglesia de Laodicea

3:14 Escribe al Ángel de la Iglesia de Laodicea: "El que es el Amén, el Testigo fiel y verídico, el Principio de las obras de Dios, afirma: 15 "Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!

3:16 Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca.

3:17 Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo.

3:18 Por eso, te aconsejo: cómprame oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista.

3:19 Yo corrijo y reprendo a los que amo. ¡Reanima tu fervor y arrepiéntete!

3:20 Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.

3:21 Al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono".

3:22 El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias".


Como es de sobra sabido, cuando el Libro del Apocalipsis fue escrito hace dos mil años, las logias masónicas no existían ni en Jerusalén ni en ninguna otra parte del Medio Oriente. El crédito por utilizar por vez primera la frase bíblica "la Sinagoga de Satanás" para referirse a la masonería vá al Papa Pío IX (1792-1878):





Se trata del mismo Papa que organizó el Primer Concilio Vaticano que definió el dogma de la infalibilidad Papal (de acuerdo con el cual el Papa, por el solo hecho de serlo, aunque sea humano, es incapaz de equivocarse, es infalible). Sin embargo, no utilizó la frase teniendo a los judíos en mente. El contexto bajo el cual Pío IX señaló a los masones como “la Sinagoga de Satanás” es el mismo contexto clásico bajo el cual los argumentos de la razón se enfrentan contra los argumentos de la fé, el mismo contexto bajo el cual los científicos evolucionistas que pregonan las teorías Darwinianas se oponen a los argumentos bíblicos -tomados estos últimos no por su carácter simbólico sino literalmente, al pie de la letra- de que todas las especies fueron creadas independientemente la una de la otra sin que hubiese evolución alguna, el mismo contexto bajo el cual el físico italiano Galileo Galilei fue llevado a juicio por la Santa Inquisición y censurado en 1642 sólo para ser exonerado mucho tiempo después por la misma Iglesia Católica en 1982. Es la lucha clásica, la lucha eterna entre quienes se oponen a cualquier tipo de cambio queriendo conservar las cosas tal y como están y entre quienes con mente más abierta están dispuestos a tomar los riesgos que implica el explorar nuevos horizontes y nuevas posibilidades. Es la lucha entre conservadores y liberales que se dá en todos los países del mundo con infinidad de variantes. La época en la cual le tocó vivir a Pío IX era una época en la cual la Revolución Industrial ya estaba en marcha, en la cual el intelecto del hombre empezaba a producir maravillas producto del uso correcto de la razón. Esto no tiene absolutamente nada que ver con cualquier contribución judía que pudiera haber habido para propiciar el desarrollo tecnológico e industrial de la civilización. Así pues, el conflicto de Pío IX no era un conflicto con los judíos, era un conflicto con los masones de ideología liberal. Anteriormente, ya desde los tiempos de la Revolución Francesa, estos conflictos entre la Iglesia Católica y “libre-pensadores” como Voltaire habían producido una estela de graves enfrentamientos con su secuela de muertos en ambas partes.

En lo que respecta a las relaciones del Papa Pío IX con los judíos, su actitud siempre fue ambigua. Tiene el crédito de haber derogado leyes que prohibían a los Judíos la práctica de algunas profesiones (esto en una época en la cual el Papa aún tenía poderes temporales, en la cual aún tenía algunas de las atribuciones de los poderes del César, aunque eventualmente sería el último de los Papas en poseer un poder político terrenal), así como el haber derogado leyes que obligaban a los judíos a escuchar sermones religiosos católicos cuatro veces al año con la finalidad de convencerlos de convertirse al catolicismo. De cualquier modo, retuvo la ley según la cual el testimonio de un judío en contra de un cristiano no era admisible en las cortes, y los judíos continuaron siendo discriminados en otras áreas. Si bien al principio de su pontificado Pío IX ordenó la apertura del ghetto judío en Roma, después de su regreso del exilio en 1850 lo volvió a reestablecer. Quizá el caso más publicitado por el cual Pío IX no es recordado con mucho afecto por las comunidades judías de Italia es el caso de un niño judío de seis años de edad, Edgardo Levi-Mortara, quien fue separado de sus padres en Bolonia por la policía del estado Papal actuando bajo las órdenes del Inquisidor, el Padre Feletti. Se dice que el niño había sido bautizado por una sirvienta cristiana de la familia, Anna Morisi, cuando el niño estaba enfermo por el temor que ella tenía de que el niño moriría como consecuencia de su enfermedad yéndose al infierno por morir sin haber recibido el bautismo. Habiendo sido ya bautizado el niño como católico, el niño ya no podía ser devuelto a sus padres argumentándose que la ley prohibía que un cristiano pudiese ser educado por judíos, aunque fuesen sus propios padres. Pío IX se negó terminantemente a devolverle el niño a sus padres desoyendo los pedidos que en sentido contrario le estuvieron haciendo varios jefes de estado incluyendo el Emperador de Austria-Hungría Franz Josef, y hasta el Emperador Napoleón III de Francia quien tenía tropas desplegadas alrededor de Roma para proteger al Papa de los italianos que combatían por la unificación de Italia. Tras la caída de la ciudad de Bolonia a manos de las tropas de la Italia unificada, el Inquisidor que arrebató al niño de sus padres fue arrestado y acusado del delito de secuestro. El caso tuvo repercusiones políticas serias para la Santa Sede, endureciendo la opinión tanto en Italia como alrededor del mundo de que el poder terrenal del Papa se estaba excediendo en contraposición directa con las enseñanzas de Jesucristo (Lucas 20:25, “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”), y que el uso de tales poderes terrenales eran un anacronismo y una afrenta a los derechos humanos en una era de liberalismo y racionalismo. Esto dió lugar a que la guerra llevada a cabo en contra de los estados papales en 1859 terminara quitándole prácticamente todos sus territorios al Papa dejándolo únicamente con la ciudad de Roma, la cual fue anexada en 1870 al nuevo reino de Italia en cuanto los soldados franceses que la protegían fueron retirados. El niño, ya convertido en un adulto para ese entonces, eventualmente se ordenaría como un sacerdote católico.

La postura anti-modernista, anti-liberal, anti-racionalista del Papa Pío IX está muy claramente expresada en su carta encíclica “Quanta Cura” (Sobre los principales errores de la época) dada a conocer el 8 de diciembre de 1864. En ella no menciona directamente a la Masonería (como tampoco hace mención alguna sobre los judíos). Pero hace una referencia directa a la masonería en su comentario hecho sobre un apéndice de la encíclica Quanta Cura, también dado a conocer el mismo 8 de diciembre de 1864, conocido como “El Syllabus”:






Al presentar su “Syllabus”, Pío IX hizo al final del mismo una mención muy específica a la Sinagoga de Satanás (tomando la alocución que aparece en el Libro del Apocalipsis) en relación a las sociedades secretas. Ya anteriormente, en su encíclica “Qui Pluribus” (Sobre la Fé y la Religión) promulgada el 9 de noviembre de 1846, Pío IX había dicho lo siguiente (en su Sección 9, Otra Clase de Errores) acerca de las sociedades y sectas secretas (entre las que se incluye a la masonería aunque sin mencionarla de nombre): “Tales son las sectas clandestinas salidas de las tinieblas para ruina y destrucción de la Iglesia y del Estado”. Inspirado en el ejemplo de Pío IX, el Papa León XIII (1810-1913):





fue aún más lejos en contra de la masonería promulgando su encíclica “Humanum Genus” (Sobre la masonería y otras sectas) el 20 de abril de 1884, dirigida única y exclusivamente en contra de esa institución ya bautizada anteriormente por su predecesor como “la Sinagoga de Satanás”, la masonería (sin hacer ninguna conexión con las sinagogas hebreas). Es en estos tiempos cuando hace su aparición en el escenario un destacado anticlerical francés ateo y pornógrafo de dudosa reputación y calidad moral llamado León Taxil (1854-1907), cuyo nombre verdadero era Gabriel Jogand-Pagès:





Tras la publicación de la encíclica Humanum Genus, Taxil simuló una tan falsa como pública conversión al Catolicismo, anunciando sus intenciones de reparar el daño que le había hecho a la verdadera fé. Sin embargo, su intención verdadera era atacar a la masonería y al mismo tiempo poner en ridículo a una ingenua Iglesia Católica exhibiéndola como una institución demasiado crédula sobre estas cuestiones. Afirmando ser “un ex-masón arrepentido de sus errores” y pese a que anteriormente había elaborado libelos anti-católicos como “Los Amores Secretos del Papa Pío IX”, se dedicó a escribir una serie de “revelaciones” en contra de la masonería que fueron verdadera miel en los oídos del Papa León XIII al darle justo lo que el Papa deseaba escuchar (¿por qué razón no habría de confiar Su Santidad en un pecador arrepentido que se llamaba igual que él?). A continuación vemos uno de los libros de Taxil denunciando a la masonería como centros de adoración a Satanás:





refrendando así como sumamente “apropiada” y correcta la conexión establecida por Pío IX entre la masonería y “la Sinagoga de Satanás”. El articulista Luís Angulo escribió lo siguiente sobre León Taxil:

Jogand-Pagés había entrado en la masonería sin pasar del primer grado (grado de aprendiz) y tras salir de ella trabajó durante dos años, publicando en 1887 con el seudónimo de León Taxíl el libro “Los misterios de la fransmasoneria, revelados”.

Mixtifícador genial y sin escrúpulos Taxil consiguió asombrar a la clase media y a la pequeña burguesía poco instruída de la Europa de su tiempo. Tras una cubierta de virtud cristiana, lanzaba dardos envenenados que sabían llegar al corazón de su poco culto pero incondicional público, a pesar de lo burdo de sus planteamientos:

“La francmasonería no es tan sólo una tenebrosa asociación, integrada por bribones que se empujan y alzan los unos a los otros para mejor escalar el poder, no dudando para ello en engañar, mentir y robar al pueblo; es también la escoria de la raza humana, es una cloaca de inmundicias, una vergonzosa plaga tenebrosa, reptante y escondida, una podredumbre formada y alimentada por los más infames vicios...”

En el mundo católico más retrógrado fue bien acogido, gracias a una mezcla bien dosificada de realidades de las masonerías y de invenciones de ritos sacrílegos, todo ello unido a un gran dominio de su oficio de periodista. Utilizaba gran variedad de artimañas para ganarse al lector, como es la omisión de ciertos documentos (supuestos) que no se atrevía a publicar para no dañar la sensibilidad del público no preparado para tan escabrosas revelaciones:

“En un volumen especial, lleno de copias de documentos, y al que he titulado Las Hermanas de la Masonería, he dejado todo minuciosamente explicado, entrando, para una mejor comprensión, hasta en los más nimios detalles. Me perdonarán, pues, si en la presente edición, que es esencialmente popular, suprimo determinados pasajes o facetas de los ritos masónicos, contentándome con analizarlos, con enjuiciarlos sin relatarlos in extenso. Los padres de familia y las personas debidamente formadas podrán, si lo desean, leer el referido volumen especial, en el caso de que cuenten con las debidas licencias para acometer tales lecturas”.

Taxil daba importancia a sus acciones como desvelador de los más escondidos secretos de los masones, a los que acusaba de toda clase de crímenes, diciendo que su vida estaba en juego, y nos decía:

“Si yo caigo bajo el filo de un puñal o las balas de un revólver, todos sabrán de dónde han salido mis asesinos. Si fallezco inesperadamente, de alguna enfermedad encubierta, todos sabrán también quiénes y por qué han maquinado mi muerte”.

Pero lo que más asombró e interesó al público, fue el descubrimiento del “Paladismo”, es decir, la alta masonería luciferiana. Aseguraba que él mismo había conseguido sacar de esta horrible secta y, además, convertirla al catolicismo, a la gran sacerdotisa "paladista" Diana Vaughan, y que por el gran odio que la masonería tenía a la religión verdadera estaban amenazados de una terrible venganza por los masones. Según los informes de Taxil, el “paladismo” tenía un gran templo subterráneo en los U.S.A., concretamente en la ciudad de Charleston, donde se realizaban los más atroces ritos, dirigidos por el conocido masón americano, el general Albert Pike. La secta, según Taxil, guardaba celosamente el libro satánico “Apadno”, escrito de puño y letra por el mismo Lucifer.

Durante doce años, León Taxil y sus colaboradores, el Dr. Bataille y un italiano llamado Margiotta, que corroboraban sus descubrimientos, publicaron artículos y libros cada vez más audaces y fantasiosos, mientras el público seguía devorándolos y creyéndolos a pies juntillas y a la vez (claro) enriqueciendo a sus autores. (Nota: Doctor Bataille fue uno de los muchos seudónimos usados por Taxil.)

El 19 de abril de 1897, Taxil da su último gran golpe, convocando al público en la Sala de Geografía de París, prometiendo revelaciones espectaculares. Y ciertamente lo fueron, ya que el público no daba crédito a lo que estaba oyendo. Taxil, muy bien defendido, declaraba en persona que había tomado el pelo a todos sus seguidores, que tan sólo había querido enriquecerse a su costa y que había conseguido reírse de la credulidad de la gente, así como de la estupidez de la Iglesia y de la misma masonería. Además descubría que aunque Diana Vaugham existía, en realidad era su secretaria y que jamás tuvo nada que ver con la masonería, ni con Lucifer. El "paladismo" era un invento suyo, añadiendo que no existía ni jamás existió una secta que respondiera a tal nombre.

Como lo indica el artículo arriba citado, las falsedades e invenciones que León Taxil había fabricado sentado cómodamente en un escritorio se vinieron abajo el 19 de abril de 1897 cuando él mismo admitió haberle tomado a todos el pelo en lo que calificó como una broma. (El texto completo de la confesión de Taxil fue publicado el 25 de abril de 1897 en el periódico parisino Le Froundeur.) Si todo no era más que una broma, resultó ser una broma bastante pesada, ya que al igual que el libelo ruso Los Protocolos de los Sabios de Sión su “broma” terminó ocasionando el derramamiento y la muerte de mucha gente inocente. León Taxil es el ejemplo típico del mentiroso patológico que caracteriza a los propagandistas de la extrema derecha mexicana como Salvador Borrego, los cuales saben que están mintiendo deliberadamente en mucho de lo que escriben y sin embargo pese a todo persisten en su práctica falaz sin importarles los odios y las bajas pasiones que sus ficciones puedan desatar. Y en el colmo de los cinismos, parte de la propaganda de la extrema derecha ha citado y sigue citando en sus voluminosas bibliografías las fabricaciones de León Taxil dándoles el carácter de ciertas, pero ocultándole a los lectores la retractación hecha por Taxil ese 19 de abril de 1897.

La obra de Taxil produjo un impacto tan favorable en el Papa León XIII que le dió algo que no se le concede a muchos: una audiencia privada en 1887, diez años antes de que Taxil hiciera una confesión pública de sus patrañas en lo que seguramente ha de haber sido uno de los días más negros en la vida del Papa León XIII. La importancia de la obra (apócrifa) de Taxil es que de aquí parte precisamente la interpretación satánica dada a la masonería por la extrema derecha contemporánea, una interpretación a la que son tan afectos los círculos más radicales descendientes del Sinarquismo y de la Guerra Cristera. Taxil también le demostró a los propagandistas del Nazismo y de la ultraderecha mexicana la técnica de revolver datos ciertos con los datos falsos para darle credibilidad a una ficción.

No es posible saber cuánto de lo que dijo en vida en contra de la masonería el Papa León XIII fue influenciado directamente por las mentiras de León Taxil. Pero como ya desde los tiempos de su predecesor se había promulgado el dogma de la infalibilidad Papal, ¿cómo podía admitir León XIII el haberse equivocado y el haber actuado usando información falsa? ¿El infalible Papa, la cabeza de la Iglesia Católica, incurriendo en una equivocación? ¡Ni lo mande Dios!

Curiosamente, aunque el Papa León XIII llevó a cabo una cruzada intensa en contra de los masones, jamás tomó una postura que fuese en contra de los judíos. Por el contrario, él y otros Papas que lo sucedieron llevaron a cabo una defensa de los judíos ante los hechos adversos de la historia que se estuvieron conjuntando para llevar directamente a la creación del Nazismo y a la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Esto lo afirma el conocido rabino y profesor norteamericano de Ciencias Históricas y Políticas David G. Dalin en su libro The Myth of Hitler’s Pope (El mito del Papa de Hitler). La temeraria afirmación de que los Papas modernos de la Iglesia Católica tomaron una postura decididamente anti-judía acusando a los hebreos como "destructores de la Iglesia Católica" es otra falsedad más entre las muchas cocinadas en la amplia literatura de la extrema derecha mundial, quienes se han encargado de ocultar en su propaganda el dato de que los Nazis alemanes odiaban a la Iglesia Católica.

Uno de los primeros pasos para atacar a la masonería como “la Sinagoga de Satanás“ adjudicándole ahora sí un origen judío (a diferencia de Pío IX quien utilizó la frase para referirse exclusivamente a la masonería) estuvo a cargo del sacerdote jesuita Leon Meurin, Arzobispo de Port-Louis, en la isla de Mauritius, quien publicó en 1893 un libro titulado La Franc-Maçonnerie, Synagogue de Satan (La Franc-Masonería, Sinagoga de Satanás), en el cual dice lo siguiente en la página 260: “Todo lo que hay en la masonería es esencialmente Judío, exclusivamente Judío, entusiásticamente Judío, desde el principio hasta el final”. Esto, en contraposición directa con la verdad histórica de que las logias masónicas fueron exclusivamente cristianas en su origen, y fue hasta la creación de la Gran Logia de Londres en 1717 cuando comenzó el proceso de distanciamiento de las mismas con sus vínculos cristianos, proceso que culminó en 1813. Cuando se llevó a cabo la unión de las dos grandes logias rivales en Inglaterra, creándose la Gran Logia de Inglaterra y Gales, y se llevó a cabo la revisión de los rituales masónicos, los últimos símbolos cristianos que había en ellas fueron removidos, con lo cual la institución adoptó el carácter universal con que es conocida hoy en día. Es importante agregar que inclusive en países en donde los judíos y los miembros de otras religiones son bienvenidos en algunas logias masónicas, existen otras logias cerradas para ellos, las cuales están reservadas exclusivamente para masones cristianos, entre las cuales se pueden citar el Rito Escosés, los Caballeros de Malta, y la Cruz Roja de Constantino. También en algunos países escandinavos en donde se practica el Rito Sueco no se permite el ingreso de gente que no profese la religión cristiana. Algunos Concilios Masónicos Supremos consideran que el Rito Escosés Antiguo y Aceptado es un rito exclusivamente cristiano, y no aceptan el ingreso de judíos o miembros de cualquier otra religión (por ejemplo, los Concilios Supremos de Inglaterra, Escocia, Irlanda y Australia), y la selectividad de estos Concilios llega a grado tal que los candidatos de nuevo ingreso tienen que declararse creyentes no sólo en la fé cristiana, sino inclusive hasta en la Santísima Trinidad.

Ciertamente, una obra como la que escribió Leon Meurin sólo pudo haber provenido de una persona que jamás en su vida perteneció a una logia masónica. Pero si jamás perteneció Leon Meurin a ninguna logia masónica, entonces ¿de dónde sacó sus aventuradas conclusiones de que todo lo que hay en la masonería es esencialmente judío? Ni modo de que basara su fuente de información en los "secretos" revelados en el confesionario por ex-masones “arrepentidos”, porque hasta donde cualquiera sabe, todo sacerdote católico está obligado por su ministerio a guardar todo lo que se dice bajo secreto de confesión en la más absoluta confidencialidad Desafortunadamente, como Leon Meurin ya está muerto, no le podemos preguntar.

Una vez calificada la masonería como una institución malvada de origen judío, haciéndole pleno honor al mote “la Sinagoga de Satanás”, el siguiente paso lógico era revolver esta mescolanza con la tesis de una supuesta conjura para apoderarse del mundo. Este paso fue dado por el párroco francés Ernest Jouin, con su serie de libros titulados “El Peligro Judeo-Masónico”, los cuales se empezaron a publicar una década antes de que Adolfo Hitler llegara al poder en Alemania y los cuales junto con el fraude literario ruso Los Protocolos de los Sabios de Sión y otra literatura antisemita sirvieron para calentarle a Hitler su cada vez más desequilibrado cerebro. Es aquí cuando parte el mito de “la gran conspiración judía-comunista-masónica” usado por la extrema derecha en la actualidad, un mito que se resiste a morir, al igual que los mitos de la Atlántida y los platillos voladores. Para “inspirarse” en sus teorías sobre tan fabuloso complot, Ernest Jouin primero leyó en su totalidad la piedra angular que supuestamente revela al mundo la existencia de tal conjura: “Los Protocolos de los Sabios de Sión”. Desafortunadamente, los leyó antes de que fueran desenmascarados como una fabricación de la policía secreta del Zar de Rusia inspirados en una sátira francesa. De cualquier modo, una vez expuesto el fraude, Ernest Jouin no se retractó ofreciendo disculpas como era su obligación hacerlo como prelado católico, seguramente temeroso de quedar expuesto al escarnio, a la burla y al ridículo de la sociedad.

Curiosamente, “Los Protocolos de los Sabios de Sión” no mencionan en lo absoluto a la masonería como instrumento de “la judería internacional” para la dominación del mundo, quizá porque a los agentes de la policía secreta Zarista se les olvidó incluír el tema en su agenda, o quizá porque consideraron que agregar el tema de la masonería dentro de “Los Protocolos” resultaría contraproducente. Pero de ello se encargó Ernest Jouin quizá fantaseando la siguiente lógica: “Los judíos se quieren apoderar del mundo corrompiendo al cristianismo de acuerdo con lo que admiten ellos mismos en 'Los Protocolos de los Sabios de Sión', y las logias masónicas -refiriéndose principalmente a las logias masónicas francesas en las cuales se reunían los irreverentes jacobinos- han sostenido una dura lucha en contra de la Iglesia Católica, entonces se concluye de manera irrefutable que la masonería debe ser también un instrumento de los judíos para la conquista del mundo. Y por lo tanto se concluye también que la masonería fue creada por ellos para la conquista del mundo.” Así de fácil, desde la comodidad de su escritorio, Ernest Jouin descubrió que podía reinventar toda la historia de la Humanidad, “descubriendo” como si fuese un avezado Sherlock Holmes lo que nadie antes que él había sido capaz de descubrir, negándose hasta el final de su vida a aceptar la cruda realidad de que los “Protocolos de los Sabios de Sión” no eran más que una fantasiosa fabricación urdida por gente sin escrúpulo alguno, los cuales deben ser tomados por lo que son, una buena propaganda de corte novelesco; como la novela “El Código DaVinci” de Dan Brown, muy buena para divertir un rato, muy buena para generar controversia y para producirle ganancias económicas a su autor, pero muy mala como justificante para salir a la calle para empezar a matar a los miembros de la organización conocida como el Opus Dei.

Asentado el hecho de que fue Ernest Jouin quien se encargó de popularizar el tema de “la gran conspiración judía-masónica” para el dominio del mundo y la destrucción de la Iglesia Católica, es importar cotejar el dato con otro hecho importante: cuando escribió sus ficciones, el estado de Israel aún no existía. Por lógica elemental, dándole crédito a las fantasías de Jouin, una logia masónica no tendría razón de ser dentro de un estado judío. Sin embargo, en Israel también hay logias masónicas israelíes. Inclusive hace algunos años, la Gran Logia del Estado de Israel eligió como su Gran Maestro a ... ¡un hermano árabe cristiano, el M.R.H. Jamil Shalhoub!. Existen en Israel cinco logias que trabajan en árabe, y también existe una Logia de Perfección del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que trabaja también en árabe. Todo esto seguramente habría dejado a Jouin con la boca abierta. Aunque, a fin de cuentas, incapaz de admitir sus propios errores, y siendo de cabeza dura, posiblemente habría terminado argumentando que las logias masónicas en Israel fueron creadas para “despistar” a todos excepto a él.

Todo esto se puede investigar más a fondo gracias a Internet. La pregunta clave que debemos hacernos aquí, en base a lo que hemos visto, es: ¿realmente la masonería es una malvada creación judía con el objeto de borrar del mapa a la Iglesia Católica como lo sostiene la extrema derecha contemporánea?, poniéndola debajo de otras preguntas como ¿realmente existen los platillos voladores?, ¿realmente existe el Yeti de los Himalayas, el abominable hombre de las nieves? ¿realmente existió el Doctor Frankenstein dándole vida a un cadáver? ¿realmente existen los vampiros humanos que se alimentan de sangre y que solo pueden vivir y alimentarse de noche?